Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 6 de enero de 2017

Historia de vida


Experiencia nueva


Experiencia nueva,
mi alma canta, brilla,
sutilmente expresa en esta noche clara,
fresca, luminosa,
lo que me embarga al entrar
al mundo de la poesía mundial,
a la isla del verso.

Sí, hoy,
por fin llegó el momento de vivir
sumergida en el juego de palabras de amor
que tienden a unir a todos los seres humanos
para que con el arte de la poesía,
el verso, el cuento, la prosa narrativa,
el amor sea llevado en volandas
para que la humanidad se una
y se salve de caer en el submundo del misterio,
del hundimiento a abismos insalvables,
por la codicia,
la maldad de inescrupulosos seres materialistas
que lo único que les importa
es el poder para manipular el mundo.

¡Qué felicidad!,
poder comunicarme con mis iguales,
con los que expresan el amor en todas sus facetas,
enamorados de la vida
que unidos buscamos
para que el orbe se levante del letargo
que se está iniciando desde tiempo del ayer
para caer en el caos del vivir sin amor,
paz, sosiego,
calma y pureza de almas.

Experiencia nueva,
única, inesperada, plena,
que conlleva a que la imaginación nos conduzca
por senderos florecidos de lirios blancos
, rojos, amarrillos,
danzando con el viento
con sus plumajes de pétalos finos, leves,
como plumas de alas de pájaros multicolores
alzando vuelo en el aire perfumado
de cielos azules.

Experiencia nueva,
mágica, hadas,
duendes, gnomos, sirenas,
me conducen casi sin darme cuenta
apoyando su ternura en mi cuerpo
y llevándome a ese mundo
en el que todos queremos vivir,
amándonos en todo nuestro existir,
juntos y solos a la vez
con la conciencia de que en nuestro interior
reina la paz en una absoluta y noble pureza blanca,
solidaria, comprensiva.

Experiencia nueva
en la que cada instante
se vive con intensidad total,
exuberante, exhaustiva,
creadora.

Experiencia nueva,
se acerca el mundo esperado
iniciado por la poesía,
verso de la paz y del amor,
el canto y el verbo que enamora y sueña
en sutiles fragancias,
unidos todos hacemos
un mundo sin ingratitud,
violencia,
lágrimas y sangre.

El amor está allá arriba
entre las nubes,
en el Sol y en la Luna.
Lo importante es que lo sienta dentro de mí,
dentro de ti,
entre los árboles,
en medio de la yerba
y de las flores.

Experiencia nueva,
la certeza de su presencia
nos debe hacer felices a todos
como símbolo de unión y de vida,
con una humanidad unida,
enlazada,
envuelta en redes de paz.

Experiencia nueva,
para que este mundo nuestro
encuentre su verdadero equilibrio,
para que podamos vivir sin temores,
sin inquietudes de que el género humano
desaparezca hundido en la maldad,
el deshecho, el deshonor de quienes
por deseos de poder maligno
intentan destruirlo en beneficio propio.
¡Viva la vida plena
en un mundo de amor!


28 de abril de 2013, camino a Cuba, a lo esperado.

Me entrego a ti mi amor



Me entrego a ti mi amor,
te busco y anhelo
tu presencia a mi lado.
Mi piel tiene el sabor de miel
de tus besos y mi cuerpo
clama excitante
que vengas a mí y me amas.

Me entro a ti,
con mi alma deseosa de amor,
ahora, en este instante, ya,
sin esperar en vano al vacío absoluto
sin el encuentro de nuestros cuerpos unidos
como uno solo,
entre besos,
caricias, ternuras,
mimos de ansiedad compartida
de llegar juntos a culminar
como si estuviéramos
en nuestro Paraíso terrenal.

Me entrego a ti,
mi amor,
con toda mi pasión,
mi ardor otoñal,
con mi cuerpo aún deseoso
de ser poseído por ti.

Cuando estamos juntos
volamos hacia la inmensidad del horizonte
bajo la luz de las estrellas
que iluminan cada momento del amor
que nos une, nos estruja,
nos hace explotar con dulzuras,
con besos profundos,
casi sin ruido algunos,
otros melodiosos que piden más,
mucho más.

Me entrego a ti,
mi amor,
avivas mis deseos de ser tuya,
enteramente tuya y mi virginidad
te entrego en cuerpo y alma.
En nuestro lecho de amor,
entre azahares,
rosas, amapolas,
verdes lotos recién nacidos
hicimos el amor con pujanza,
entre impulsos tanto esperados,
con vaivenes de entrelazos,
como con abrazos y suspiros levemente
respirados entre besos
que nos llevan a nuestro mundo,
sólo nuestro.

Me entrego a ti,
somos dos en un cuerpo y dos almas,
entregados al amor con intensidad,
plenitud, alborozo, alegrías y risas sin fin.
Bailo entre tus brazos,
mis caderas sin quererlo se mueven solas,
bailando como si estuvieran
en las mil y una noches.

¡Qué felicidad!
¡Soy toda tuya!,
sólo tuya,
bajo el arco iridiscente
de la bóveda celeste que nos acoge
secretamente en nuestra íntima soledad.
Me entrego a ti con regocijo,
sin pudores, ni tabúes,
con toda mi ternura,
mi amor, mi dulzura,
enamorada de ti como de la vida.

¡Te amo!
Te esperé durante mucho tiempo
pero por fin me encontraste
con todo el arte de tu seducción,
tus palabras fueron sin saber
la caricia al interior de mi mundo
haciendo remover en mi cuerpo lo dormido,
lo que se había detenido en un lapso de la nada.
Vivamos tan sólo el Hoy,
es el que no unirá por siempre.


5 de mayo 2013, Cuba. Casa Iberoamérica.

La Plaza del Amor





¿Por qué lugar de esta plaza
impreciso y misterioso
se entra al interior de nuestra alma?
Es un lugar secretísimo,
leve, amplio,
donde imperceptiblemente se deslizan
los sentimientos más íntimos,
los desconocidos
por el resto de las almas mortales,
quietas,
en sus bancos de siempre pensando
en el ayer.

Una vez,
hace tiempo,
sentí un cosquilleo suave,
ineludible y es que la plaza de mi alma
se había abierto hacia lo lejano,
buscando lo que más importa en la vida,
el amor que nos inunda de fe,
esperanza, caridad.

Plaza de silencio
que nos llega hasta el alma
sin saber de qué ruidos está hecha:
pelotas girando, trompos danzarines,
cometas entre árboles,
tintineando bolitas multicolores
entre el suave pasto.

Plaza por donde sin sombras
pasan las letras antiguas,
lengua del paraíso,
sones primeros,
vírgenes y en el aire del mundo
se estrenan en los rincones
los nombres de los gozos primeros,
que se olvidaban luego
para llamarlo todo de otro mundo
al hacerlo otra vez:
nuevo son para el  júbilo nuevo.

En ese paraíso de los tiempos del alma,
la plaza en paz deja amores y nombres
en realidades sin huellas,
sin memoria ni en signos,
percibiéndose apenas,
nítidos y momentáneos.

La plaza como extensión abierta
de la gracia y de la melancolía,
nos dejó trasegar la ternura de los campos,
las acequias del celo de la esperanza,
la tierra amedrentada y firme
como prado de libertad,
honda muralla sin sonrojo
que corre por las venas
al seno de la comunidad.

Cerca, muy cerca de la plaza
el alma en antiguo brocal
de musgo y verde
arrebata el deseo creciente
de las aguas entrando despacio,
muy espacio al mirar
de los ojos tiernos.

Otras sensaciones mueven
en mi pecho la plaza dulce y virgen
que en ilusiones vuela a mis sueños
y nos olvidamos de sus grietas,
sus baches, sus surcos,
sus zanjas, sus charcos
que en un mar alado
de geográfico equilibrio
nos lleva al mundo real
y cósmico de esta vida.

Conservamos los labios
sobre el borde de sus senderos
y esperamos que nazca
el verde que refresque nuestros sentidos.
Y en el largo alumbrar del movimiento,
la plaza, lentamente,
hace sin sonidos las notas del silencio,
quemando los caminos cerrados,
curvos,
para que el alma alce vuelo sin dudas,
ahogando en desazón el pensamiento,
deteniendo las horas
y la ramazón elástica del viento.

Tú, plaza,
déjanos ir por el aire tibio y perfumado
que nos invita entre ramos verdes
que cercan nuestro sosiego
aquietando nuestras ansias
entre laureles florecidos.

Eres tú,
plaza del alma
quien corona los vientos serenados
y donde boga el sol
con sus cánticos unánimes,
el brillo de nuestros bienes ya logrados,
atravesando tus curvas,
tus rectas,
tus círculos para que el aire llene
el vuelo de los ángeles
en la plaza del amor.