Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 31 de enero de 2016

Cantares


Interrogante


¿Cómo decirte que te busco en cada sombra?
¿Cómo decirte que en el rincón umbroso veo tus formas ardientes,
de la cala alucinante y caprichosa?
¿Cómo decirte que te bebo con mi aliento que te acuna en mis labios,
que te triso en con mis brazos?
¿Cómo decirte de mi vacio encendido en los espejos rotos,
de tu espíritu desdibujado, que me ahoga desde la distancia?
¿Cómo decirte al fin que te amo más allá del amor,
que te deseo mas allá de tu carne que me dominas pisoteando mi razón
y desgranando mi piel?

“Labios, una flor, su perfume es mi dolor.
Ausencia tenaz”

Adiós


Marcha a tu paso, mi amado.
Yo iré al mío.
Trota mapas de tersa cartulina que yo galoparé mi desvarío,
para trocar un ya, por un acaso.
Hoy para no irte a buscar y traerte a mi lado piafa mi rosillo
y se empecina en sacar sus ardores de pegaso.
Esté amor al que hoy le decimos ¡adiós! Fue un amor en remolino,
donde confluían todos mis raudales,
unos arrastran tiernos recentales, otros se encrespan con furor felino.
Él vendrá del fondo del espejo,  donde mi infatigable catalejo, lo construye,
lo pierde y lo reitera.
¡Adiós! , el adiós nos separa para siempre y mi corazón se agita, duele,
se apesadumbra.
Quiero que estés conmigo como antes, yo entre tus fuertes brazos,
sintiéndome muy feliz.
Y cuando desde el balcón del frente, mi libre albedrio precisa y sente llegar a mis labios,
tus besos ardiente, ardorosos.

“Te retratas fiel,
 sobre heliotropo,
 del crepúsculo”

Tus palabras


Tus palabras de amor vibran en mi,
como briznas de heliotropo recién nacidas,
me enloquecen, me hacen titilar,
me hacen temblar en un sonido solo,
tan de cristal y oro perfumado,
el aire que te cerca la garganta,
que temo despertar en tus pupilas ,
por no apoyar mis ojos en el aire.
Tus palabras son cánticos unánimes,
el brillo de mis bienes ya logrados,
ya te encontré el aire azul de tu sonido,
para el vuelo de palabras que mi alma las necesitaba,
como nada en el mundo.
Por ti renací, con esperanza renovada,
amaneciendo acunada en los sones cálidos de tus palabras.
Te necesito siempre,
te quiero a mi lado abrazándome,
el amor en su cúspide más alta , estrechándome con tus palabras.

“Me duele el alma,
anida el trueno cuando
tu cuerpo se va”