Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 14 de diciembre de 2019

La luz en tu mirada


Sorpresa inesperada

 

Sorpresa inesperada,
¿qué viene por el sendero blanco
como papeles de rocío,
revoloteando el aire hacia mi?
Buscan mi nombre,
hurgan entre miles de huecos
de arcones con cerrojos
y llaves entreveradas en un ovillo metálico
que es imposible desatar.

Sorpresa inesperada,
como en un combate
con carcaj en nubes urdidas,
sueño que despierto
entre murmullos desnudos
donde la luz en mis pupilas congrega
la sangre en los sentidos y una tibia memoria
sin contornos descubre lo que esperaba ansiosa.

Sorpresa inesperada,
se mueve la distancia hacia ella
como alas batientes detrás de mi alma,
inútil que te busque y te persiga,
vendrás por el aire burilada
por el talón de arcángeles invictos.

Sorpresa inesperada,
mi corazón tiembla,
la duda me inunda,
¿es que acaso llegará a mí,
a pesar de todas las murallas que me envuelven
y me aprisionan en castillos de cristal?

Un miedo tibio padece lentamente mi alma
pero la esperanza lo cubre con mantos verdes
haciendo que el aire húmedo
me lleve a cielos de alamedas de cristal,
esperando en paz y sosiego.

Sorpresa inesperada,
se acerca despacio,
sin prisa,
sobornando las dudas que me acechan
que me quitan el hechizo de mis sueños.

¿Será verdad que me encuentra lo que más espero?
Mis manos se agitan,
angustiándose en el aire
en un largo alumbrar del movimiento.

Cae el pulso agitado de la sangre
sobre el plato sonoro del silencio,
quema la llama hirsuta de mi frente,
un ave de marfil en primer vuelo.

Sorpresa inesperada,
¿Vendrás a mí?
¿Me encontrarás en el instante preciso
en el que más te necesito?
Crece en mí,
una hiedra pálida de dudas,
ahogando en desazón el pensamiento
y deteniendo las horas de la espera
la ramazón elástica del viento.

¿Cuál es la sorpresa inesperada?
La que agita mi alma,
la que levanta la estirpe de mis cantos
y mi sangre convoca con apetencia
haciendo brotar de mi interior
las palabras con sonidos,
las frases de amor,
la que despiertan mis sentimientos más íntimos,
los secretos guardados con celo y artimañas
para que nadie los encuentre en el nunca jamás.

Sorpresa inesperada,
te reclamo,
te nombro para que me halles
y me sumerjas fija en este mundo
entre alegrías y cantos,
hacia mi interior donde el deseo reverdece.

Queda la incógnita,
lo no sabido,
lo imposible de anunciar,
el misterio no develado,
el ruego no escuchado,
la quietud inmóvil,
la soledad sin amor.

Sorpresa inesperada,
eres el solar de mi vida,
el deseo consumado aún sin serlo,
coronas los vientos serenados de mi vida
y haces surgir los cánticos unánimes
de mi frágil existencia.

Ya se acerca,
notas suben en números concordes,
el mañana me espera y con sones de oro
te proclamo dueña y señora del existir
en esta vida donde la sorpresa inesperada
nos conduce a dichas sin sonrojos
corriendo por la cifra de mi nombre
hacia el cuenco sellado de mi vida.

Hoy te siento

 

Hoy te siento,
aquí cerca mío.
La ternura de tus caricias
y tu mirada
es una franja azul y verde
entre el cielo y el agua.

Es una estela dejada en la piel.
Tu ternura es energía
transformada en besos.
Es un ave coqueteando con las olas.
Es una hoja balanceada por el viento.
Es un rosal floreciendo.

Tu ternura la percibo
en el abrazo cálido y sensual,
en el poder escribirte
a través de ella las poesías,
las palabras que nacen del alma para ti.

Hoy te siento
en el gesto delicado
que sale del alma,
en la forma en que me llamas.
La ternura es el suspiro del amor.

Hoy te siento
a través de tu calma
con que has sabido llenar mi alma
y hasta el menor de mis pensamientos
inspirando hoy cada letra
de cada poema que te escribo.

Es bella y verdadera tu esencia,
le escribo a lo que tu presencia
en todo mi existir genera.
Cuando un día
mis poemas lleguen a ti
entenderás que te amé así,
por no saber amar de otra manera.

Percibo tu ternura
y mi corazón infinito
como el cielo se convierte en volcán
cuya hirviente lava,
llega hasta el alma,
es como un dulce poema
que alegro mi triste razón,
eres una luz en mi alma
me alumbra
en todos los caminos de mi vida.

Hoy te siento
en una noche muy obscura,
noche de eclipse de luna,
la estrellas a mi alrededor
tiñen el cielo de color.

Tiemblo de amor
cuando se anuncia
la inminente llegada de mi amante,
a quien espero despacio
igual que un fruto colgado
sobre el fresco de la grana.

Y viene hacia mi
desprendido y risueño,
eterno signo de bondad y ternura
y nos encontramos en el cenit,
yo inocente y pura,
él noble y único.

Hoy te siento.
Desde lejos,
ya en el umbral del encuentro
y mi voz leve como un hilo
que sale de su noche,
trémula lo llama
¡Ven!
¡Te espero!
¿Desde dónde?

Es entre ondas sucesivas
de un querer al otro,
de ternura leve,
luminosa por el sol,
purísima y diáfana,
de blancura total y mi trémula espera
avanza soñando,
se acerca y las almas
se reconocen radiantes
en el camino que las esperaba
y en el papel amanecen
unas palabras
¡Amor,
hoy te siento!

Te añoro


Te añoro
(En el aroma del recuerdo
y en la brisa fresca
que trae memorias)
Te espero

Te añoro
(En cada mirada,
en cada sonrisa,
en la frescura de tus besos)
Te espero

Te añoro
(En cada destello de ilusión
con la que mi alma vibra)
Te espero

Te añoro
(En mis días largos
y en mis noches tristes)
Te espero

Te añoro
(En el gran vacío
que dejaste en mi corazón
y en mi alma)
Te espero

Te añoro
(Aún
en la soledad de la noche)
Te espero

Te añoro
(Desde la lejanía
distante e inconmensurable)
Te añoro

Te añoro
(Desde
distancias sin tiempo)
Te espero

Te añoro
(En los rincones de mi esperanza
para que me salpiques de ternura)
Te espero

Te añoro
(En el trueno y en la luna,
en la lluvia torrencial
y callada)
Te espero

Te añoro
(En los confines del orbe,
en el silencio del cielo)
Te espero

Te añoro
(Entre imanes de imágenes
y en la oscuridad
que me envuelve)
Te espero

Te añoro
(Entre los bosques umbríos
que entrelazan sus raíces)
Te espero

Te añoro
(En el refugio cálido
de mi corazón enamorado)
Te espero

Te añoro
(Navegando en mis recuerdos
de nuestro amor vivido)
Te espero

Te añoro
(En mis tardes desoladas
y mis crepúsculos de ensueño)
Te espero

Te añoro por el beso secreto,
en lo sublime de lo oculto,
en el mar en calma,
en la tormenta,
en el viento que canta,
en el silencio vacío,
en el abismo del océano,
en el mismo cielo.
Te busco y te espero.