Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 28 de septiembre de 2012

Lentamente



Lentamente tus ojos me guiaron hacia el abrazo que creí sincero, tus manos inquietas recorrieron mi cuerpo, me dijeron ¡te quiero!.
Expectante a la entrega de un beso yo te dije ¡te amo! 
Lentamente el amor fue hacia ti y regresó hacia mi en un juego de manos, nos dimos cariño sinfín.
Pude percibir la esencia que me dio tu piel fresca y empapada de ti.
Lentamente un día, me entregaste tus sueños lejanos, un día de otoño, un día sin fin.
 Mi piel te recibió queriendo contenerte aunque pude saber que no era así, que te ibas de mi vida, que te ibas lentamente y aún así, amándote, te olvidaste de mí y tus besos se fueron a otro lado navegando en los mares de otros ojos.
 Lentamente quisiera olvidarte, mis manos te siguen buscando, quisieran hallarte como antes, cerca muy cerca, pero viajaste a otros amores, queriendo encontrar a la ninfa esperada, musa de otros vivires, ¿la hallarás?, quizás, no lo creo…
Lentamente me voy a otros lares buscando el reposo que tú me arrebataste, porque quiero encontrar otra dicha, otro amor que me haga sentir que este ser aún puede vivir aunque tenga que olvidarse de ti…
Lentamente entraste en mi vida, lentamente en silencioso inicio que se notaba apenas por tiernas diferencias con la nada.
Y lentamente fuiste voz desnuda, inconfundible, única, inolvidable que puede confundirse con mirada.
Voz tuya que sólo son cuerdas dónde tocas tu eterna melodía.
Siempre de a poco me llegó tu voz, tiempo y tiempo, historia interminable, sin historias como esa que el rocío cuenta a las flores.
Lentamente tú, que fuiste silencio y voz  ya estás atrás, muy lejos, camino recorrido porque tu final llegó.
Lentamente se vio que tú eras lo que eres, sólo voz y canto.
Pero lentamente por gracia tuya nacieron mis poemas, ya no soy silencio y puedo cantarle al cielo que lo entiende todo.
Lentamente tu cantar se ha ido distante, tan lejos, miedo me viene de no poder resignarme a este descenso de no estar contigo…

Un secreto



Un secreto,  amarte de esta manera extrema en la que te quiero.
Un secreto en mi pecho que guardo en lo más recóndito de mi ser, abrumado de amor por ti.
Un secreto… para el mundo, un anhelo para mí, el poder crear poemas para ti.
En mis sueños, en secreto, puedo darte más de mí y la gente no sospecha, no advierte que te miro sólo a ti porque en secreto puedo amarte sin barreras ni tapujos.
Detrás de cada mirada, de nuestras manos entrelazadas, lo que nos queda palpita en lo mismo que nos damos en secreto.
En secreto puedo amarte, allí detrás de los besos, de las miradas, del deleite, están seguros nuestros sueños de amor.
Al abrir los secretos en la noche no es mi faz lo que veo, es un deseo de tenerte.
¡Cuántos papeles en blanco, queriendo decir te amo!
En secreto, duele, duele amarte, porque fuimos y nadie lo supo, ya no somos y nadie lo sabe.
Mi corazón te dejó parado allí, en el olvido, ¿quizás? no lo sé.
Pero quiero encontrar otro amor que me llene la vida y el ser con aire nuevo, para respirar otra vez y feliz saciarme de vida con él y olvidarme por siempre de ti, que le diste a mi vida secretos y unos ojos llorando el ayer.
Te amo, pero en secreto, te extraño,
pero en secreto, soy tuya, pero en secreto, fui tuya, pero en secreto:
te voy a olvidar
Déjame ir a la dicha futura que clama por mí y así la vida se sentirá un sueño sin sobresaltos ni miedos.
Podré gritar otra vez: ¡te amo! y para el mundo no habrá secretos.
Y ya no en secretos ni en penumbras ni en sombras escribiré frases de luz que mi nueva vida hacen que surjan del fondo del alma.
Nuevos alfabetos se hacen y se deshacen, rápidas palabras atravesarán como saetas el aire puro y mi canto de nuevo, ya no en secreto, guiados por los luceros del que me quiere bien, serán una verdad escrita a pleno.


Bésame soledad




Bésame soledad porque acaricié el sueño de tenerlo en mis brazos
y su espíritu impalpable se llevó mi corazón en aquel sueño soslayando el cariño que le di sin egoísmos.
A él le entregué mi corazón y entre sus brazos se rompió.
Soledad me has convertido en espía de una vida prestada, una vida que soñé con él, en un amanecer de luz,  etérea, agraciada, llena de vida, en una explosión de amor.
¡Lo quiero y no sé cómo!
¡Lo quiero y no sé por qué!
¡Bésame soledad! Porque soy una mujer expectante de amor y en medio del dolor he perdido esa llama que Prometeo me regaló un día.
¡Bésame soledad! puedo llegar a quererte y disfrutarte, quiero olvidar que ese corazón hereje se ha llevado el mío.
Ya no quiero seguir esperando que me regale luz, en luna me ha convertido, satélite de un planeta desierto y yermo que ya no brinda nada, que sólo trae olvido.
¡Bésame soledad! quizás así recostada en un lecho de tréboles verdes y frescos pueda volver a amar y preparar la vida para un nuevo reto, el reto de encontrar un amigo fiel, compañero silente, cómplice de amor y de sueños.
¡Bésame soledad! para que un día pueda mirar atrás y vivir pura dicha en el alma, con amor sincero disfrutar el presente vivido sin recordar al amante traicionero que un día enamoró mis sueños con perfumes y te quieros.
Lo quise para mí y fue de nadie.
Lo quise para mí y fue de todas.
Dejémoslo atrás, ya no importa, es un pequeño suspiro que se  ha llevado el viento 

ENTRE DOS AMORES


Vida, estoy en una encrucijada, en un sendero de amor.
Navego día y noche en un supremo momento del vivir, empujada sin tregua a soñar entre dos amores, incansables remeros de querencias puras, cada cual con su remo, soñando ambos en la celeste ensenada segura, la que está detrás, a salvo del tiempo.
Como Doña Flor, en mis somnolencias vivo dos vidas, cada una con un amor, cada uno verdadero y total, a los que me entrego casta y pura con excelsas esencias de aromas y perfumes de otros mundos.
Vivo una travesía única y extraña llevada en una balsa rumbo a un siempre sin brújula, sin nortes, ni mapas secretos.
Misteriosos pilotos invisibles a veces me llevan, me guían, me aman, me protegen, quisieran ambos tenerme entre sus brazos.
Los guían luceros hacia Venus en navíos prodigiosos, los velámenes henchidas de amor, tendiéndolos sin cesar, inmóviles, con proas afiladas, surcando auroras y crepúsculos, espumas, años, olas…
Aquí a sus pies, soy ninfa etérea, columna de dos amores, pero soy de ambos, en mis sueños, amores  que fueron pasando a mármoles.
Pero uno por fin se despertó de su inmovilidad y decidido, rompió cadenas invisibles y llegó hasta mí, dándome cándidos amores, dejando de ser columna sin misterio.
¿Quién eres? ¿Eres tú el que me protege y me cuida, ángel mensajero del más allá?
¿O eres tú el que inspira poemas y desde lejos, muy lejos, quiebra en pedazos sonrisas que rodaron por el suelo?
Me encaminaré con plumas del ángel desalado llenándome, buscando la verdad de ser y no ser Doña Flor perdida en sus sueños.
¡Entre dos amores!, en el ahora, desde el hoy y el mañana.
Siempre pensé que la verdadera iluminación es posible, atravesando un camino con uno mismo y un amor, ¿y ahora? ¿qué será de mí?
¡Quiero ser completa de nuevo! ¿Cómo puede ser la vida hasta que esto ocurra? No quiero ser Doña Flor, quiero explorar un camino nuevo, conmigo misma.
Los juegos de la mente nos conducen a vibrar y a querer imposibles.
¿Cuál es la verdad para lograr el amor, la alegría, la paz?.
El amor es un estado del Ser, está profundamente dentro de uno y nunca podremos perderlo y él no puede dejarnos.
¡Amemos la Vida bajo todas sus formas, dando amor por doquier, a remeros silenciosos que rondan un océano de ilusión!

Mis huellas en tu mar

AÑORANDO TUS OJOS



Caminando el sendero, difícil sendero  de la soledad, se divisa  lejano el amor que me diste, ¡no importa, mi bien ¡ puedo quererte en la lejanía añorando tus ojos, espejos  de vida, porque sin ellos ¿qué sería de mí?
Arrebatadas fuerzas, vendavales del mundo se levantan y me turban.
Puedo quererte, ¡eso es lo que importa ,buscando el símbolo inexorable de la felicidad!.
Dulce placer, dolorosa herida,  añorar esos  ojos que una vez me quisieron tanto, mis ojos palpitantes añoran los tuyos, color de selva ardiente, plenos de vida ¡creo que aún me recuerdan, los quiero más y cuanto más los quiero, más me dejan!
Sálvame amor, dame la mirada obnubilada que me diste aquel día, cascada de amor, que no perece, isla habitada por dos ecos que se arrullan en el viento de dos  eternos amantes
¡Si lográramos quedarnos solos, prendidos a los restos del silencio tú y yo!, escapados por milagro del naufragio de aquel callar, se aboliría lo que no era nosotros en nosotros.
Añorando tus ojos  busco la luz, luz de eternidad, luz de vida.
¡No quieras tardar, mi alma  te extraña!, lozanía ardiente de dos espíritus amando en secreto, secreto divino.
Añoro tus ojos, mi cuerpo junto al tuyo, detrás del sueño, del amor,
desnudos, cómplices, creen haber sido así desde siempre, vírgenes de las telas y del suelo, creen que no pisaron mundo.
Añorando tus ojos  contra la claridad está latiendo mi ansia  de soñar un encuentro.
Puedo estallar en gozo  junto a tu piel, semidespierta, aquí en la penumbra, defendiendo inmóvil el esperado amor.
Añorando tus ojos puedo presagiar de dos lejanías, un solo silencio… 

Lluvia de amor



Lluvia de amor que va cayendo en mi corazón, lluvia que resbala por los cristales en gotas de agua dulce que recorren hasta el último de los rincones, provocando divinas sensaciones que se estancan en mil sentimientos interminables.
Se convierten en un vuelo de palabras blancas que mojan, lentamente, el alma.
Lluvia de amor, eres el espíritu de mis amores, eres esperanza y razón, eres lluvia fresca en mis manos, eres quien busca los sueños vestido de estrella, eres lluvia frondosa del cielo, sol que irrumpe detrás de las montañas, aire que levanta, que da fuerza y vida al amor.
Tan convencida estoy de tu gran transparencia, en la que vivo, de que la luz, la lluvia, el cielo, son formas en que te esquivas, vaga interposición entre tú y tú.
Nunca estoy sola mientras la luz del día ilumina tu alma o cuando al encenderse las estrellas me van diciendo palabras que tú piensas.
Esa gota de lluvia que cae sobre el papel es como una difusa flor de azahar que tú me envías desde donde vives.
Eres esas pequeñas gotas de sentires y relámpagos que poco a poco va calmando en finos diamantes la tormenta del alma, empapando cada espacio de los corazones enamorados.
Eres agua pura cuya presencia engalana, caricia divina salpicada de sonrisas.
¡Qué siempre llueva, lluvia fresca del alma y al final deje un arco iris!
Lluvia de amor para el corazón, lluvia fresca de brisas y amores, en besos ardientes y caricias suaves.
Lluvia frondosa convertida en amor.
A través de la lluvia me llegas tú, entre gotas frías que acarician mi rostro, llenas de armonías las siento, cierro mis ojos mientras lentamente te pienso y lentamente te siento.
Románticos pensamientos llueven en mi mente, atrapando la lluvia un sinfín de sensaciones.
Yo sólo te sueño, amor mío y te siento conmigo mientras la lluvia cae… en su húmedo y romántico velo que me suaviza… como brisa de terciopelo recordándote y haciéndome feliz en este ensueño bello como las gotas que caen en el cristal de mi ventana.

Tus ansiadas caricias



Tus ansiadas caricias, cuantas veces he estado, espía del silencio, esperando tus dulces ternuras aunque tan sólo a través de tu voz.
Añoro con los ojos cerrados el recorrido de tus tiernas pruebas de amor, de tu ser ascendiendo por escala de tactos, de besos, de abrazos, de palabras con las que decías: te quiero.
Tus ansiadas caricias, puro milagro en mi, dentro de tu querer y ahora, confusa, las busco al formarse el día en la gran duda oscura.
Y agoniza esta criatura que tú dejas atrás, inútil ser de antes que entre auroras seguras te espera por siempre.
Tus ansiadas caricias, suaves como el transcurso de cada día pleno de amor, no fluyen hacia mí, las nostalgias de sentirlas invaden mi piel.
Reclamo con desesperación, con urgencias tus besos furtivos, extraño los goces robados, el fuego inminente desatado por la pasión.
Exigente mi cuerpo y mi alma murmuran a los vientos tu nombre, imploran a los cielos el diluvio divino de tus abrazos y el torrente de tus besos.
Tus ansiadas caricias, colmadas de placer que existen en la profundidad de mi amor, ansío tus suaves toques entre suspiros de ilusiones refugiados en mi piel. Fueron el reposo en mis sueños y revivieron mis despertares con sentimientos encontrados en la distancia que destruye el pesar.
Tus ansiadas caricias, al no sentirlas, la incertidumbre me invade y en esta ingrata lejanía la inquietud por no tenerte me destroza muy dentro al no estar tú cerca de mí.
Tal vez el tiempo me traiga con la noche la esencia de tu cuerpo sin prisas envolviendo mi entorno de fragancias mágicas de eternas esperas.
Mis ilusiones vagan sin rumbo buscando tu destino como versos, como prosas.
Ocupan parte de mi vida, inconclusas e incoherentes frases por ti acalladas, razón de más para seguir amándote en mis sueños de noches estrelladas.
Ahora que ya no puedo dejar de amarte cómo dejar caricias olvidadas.
Tus ansiadas caricias, sutiles estelas en mi piel dejaron, reclamando tu amor para calmar mi sed de enamorada.
Desearía si pudiera, sentirte cerca de mí, disfrutar de tus abrazos y tu presencia, estar a tu lado y sentir que soy todo en tu vivir.

Incógnita