¿por qué los signos maléficos, las sombras oscuras, las envidias inevitables, no me abandonan y me hacen dudar de mis actos que creo venturosos, dignos, necesarios?
mi vida serena dejó de serlo, me acosan sucesos siniestros que mi alma rechaza, se cierra como pétalos de la flor que no alcanzó a ser fruto.
es vivir entre errores, sin culpas, en equívocas ideas, entre heridas que como saetas finitas con espinas de rosas se clavan hundiéndose en mi alma y dejándome exhausta, triste, solitaria, sin mí misma, vacío el espacio de mi mundo interior pero siempre defendiendo su verdad clara y pura, plena de amor aún sangrante.
quiero volver al mundo de las sonrisas que se despiertan cada día al clarear el alba, al mundo mágico de las almas puras y plenas de amor que me rodeen y giren en vueltas eternas los Ángeles áureos protegiéndome del mal, la traición, la mentira.
necesito estar acompañada por las ansias de ese inmenso querer de estar conmigo, riendo, danzando, cantando en cada segundo de mi vida.