Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 8 de abril de 2017

Mi amanecer


Compréndeme


Compréndeme, tú, el esquivo,
el que hace piruetas danzarinas en el aire,
 soy en tu existir ya una nada
ya que dentro de mi corazón
surgen las palabras tan plenas de significado
que desaparecen sin ser comprendidas
porque es muy difícil recibir un poema con letras
de néctar y miel
y construir el amor con la mente.

Compréndeme,
soy una mujer poeta
que necesita ser amada,
no me juzgues
y sólo trata de escucharme
porque si hoy muero dentro de mis letras,
me voy con ellas.

Estoy pasando por un diferente sendero
 sin estar junto a ti,
pero si me amas
y estás a mi lado
mis poemas tendrán dueño.

Seguiré escribiendo para ti
porque te tengo encerrado
dentro de mi mente.

Compréndeme,
  la tristeza de que tú te alejaste
es como una agonía del no existir
y no quiero hacerte daño
diciéndote ¡vete ya de mi vida!
o trata como el aire con su brisa nueva
sentirme en mi tonada de vida.

Compréndeme,
con el tiempo no me olvidarás, tócame…
yo soy la zarza
que en tiempos de lluvia, quema, llámame…
Al escuchar tu voz
 mi alma reconocerás vencida en esta guerra,
mírame.

Eres tú mi agua quieta,
 la turbulencia, calma y tempestad
 que al mismo tiempo me doblega,
 fórjame.
Compréndeme,
siente en las palmas de tus manos,
en los labios,
mi cálida huella aún del tibio abrazo
en el que dejamos de ser uno en dos.

Estamos al otro lado
 de los sueños que soñamos,
 a ese lado
que se llama la vida que se cumplió.
Y ahora,
de tanto haber realizado nuestro soñar,
nuestro sueño está en dos cuerpos.

Compréndeme,
la vida, si estamos juntos
se siente como un sueño trémulo,
 recién nacido.

Compréndeme,
 mi silencio torvo y gris,
nace de sentir que estamos separados
por rejas punzantes y dagas afiladas
y por el viento,
ahogándonos de luz
el anverso de nuestro cielo.

Respóndeme a la armonía absorta
que hallarás en mi alma
antes de que el sol caiga,
ayudándome a sobrevivir
sin tu mirada encantada,
ésa la que alivia mi espíritu
cuando se aleja de ti.

Enséñame a escribir
entre penumbras de amor
al recorrer los misterios respirados
juntos en quebradas y curvas.

Compréndeme, 
mi fragilidad de mujer
que como cristal suave
se quebranta en ritmos
al escuchar los latidos de la luna,
cuando el viento se calma
y solo se escucha mi voz,
rogando que el deseo de tenerte,
de acariciarte
para ir de prisa en momentos de segundos
 a enredarme con el calor de tu luz
en la aurora,
en el fuego,
en el verso.

En las alas de tu cielo


En las alas de tu cielo,
como una flor no lejos de la noche,
mi cuerpo mudo
se abre a la urgencia del rocío.

Me has hecho volver
a la memoria de mi cuerpo,
a comprender lo que dice mi voz,
a que flores amarillas
constelen por doquier
mi círculo de tierra azul
y que el agua tiemble
 llena de enredaderas marchitas.

En las alas de tu cielo,
vuelo hacia ti, buscándote
y toda mi alma siente su curso
como las estrellas que vivieron
 en valles floridos de la tierra
y besaron tus labios amados.

En las alas de tu cielo,
en la inmensidad,
aún bajo la luna triste y taciturna,
vago en pálida soledad
como vagabunda del cielo y de la tierra,
con la perenne inquietud de encontrarte
 y encerrarme en tus cálidos brazos.

En las alas de tu cielo,
no me dejes en el profundo vacío
donde languidece de sed
el alma mía,
esperando saciar
mis ansias dormidas.

Ahora, sintiéndote mío,
la noche se astilla de estrellas
y mi alma se inunda de música celestial.

Eres el sustento de mis alas
y yo para ti, las alas de tu vuelo,
sé que sin ti,
caería en un abismo hondo y sin retorno.

En las alas de tu cielo,
 la luz nos separa
y alargando nuestras manos
no se alcanza el cuerpo de la dicha,
sólo se palpan soledades nuevas,
ofertas de la luz.

Y la distancia en vuelo
es distancia, son leguas, años,
cielos, es la luz lejana.
Y vuelo hacia ti, pisando horas y horas
para que nuestro encuentro gane,
al fin del día, la orilla oscura
en que cesan las pruebas de estar sola.

En las alas de tu vuelo
 el querer se anida en la tiniebla
 y pienso que con decir un te quiero
 la felicidad contestaría
con amor y luz
en nuestras almas.

Tú eres las alas de mi fantasía,
has retornado a tu cielo
y apenas te has marchado,
 yo ya te espero.

Todos tus movimientos,
pasos, latidos, ansias, quietud
aunque arrastrar te quieran
 hacia una soledad celestial o terrestre,
no te saben llevar lo que estás queriendo,
te vas pero en pleno vuelo te acercas,
pronto, más tarde, luego.

Ahora tus alas
 te llevan a tu cielo
pero tu corazón late
en todas las vagas sombras, tenues
que en la alta noche
estrellan el azul del silencio,
todas suenan a ecos.

Mi alma te espera,
tú lo sabes y vienes solo hacia mí,
en ese largo rodeo de vuelos
que das para volver.

Noche larga


¿Por qué la oscura noche es tan larga?
¿Cuál es el misterio
de que nos inunde
la tristeza y la soledad?
En la noche larga
la sombra de los cipreses
es como un grito en la niebla.

Se alzan al cielo
sin saber la razón
coro de voces descalzas
que se posan
sobre las copas oscuras de los árboles.

Yo sueño contigo, amor,
con que tus manos
se van perdiendo a lo lejos
como dos trémulas alas
tras la negrura del cielo.
Noche larga,
sin ti mi vida es soledad de soledades,
mi corazón está solo
como un rosal sin colores.

Si viera tus ojos
en esta espera apesadumbrada
 volcaría la alegría
con canciones de primavera
y se trocarían en lumbres
mis soledades en sombras.

¡Cómo sueño las horas azules
que me esperan
tendida a tu lado,
sin más luz que la luz de tus ojos,
 sin más lecho que aquel de tu brazo!

Noche larga contigo a mi lado
sintiendo a mi amor florecer
 en la mística voz de tu canto:
notas tristes, alegres y hondas
que unirán mi emoción a tu rapto.

¡Oh! Noche larga, regada de estrellas
que enviará desde todos sus astros
la más pura armonía de reflejos
como ofrenda nupcial a mi tálamo.

Noche larga
que con un velo de recuerdo
se enlaza, apretado
y nos mira en estrellas dormidas
desde el cielo en nosotros rondando.

Se ha callado la idea turbadora
y me siento en el sí de tu abrazo,
ya la noche no es tan larga
porque convertida en un solo murmullo
se interna en mi alma cantando.

Es la noche una cinta de estrellas
que una a una a mi lecho han rodado
 y es mi vida algo así
como un soplo ensartado
de impulsos plenos y pasionales.

En esta noche larga, mi amor,
se han unido nuestras risas
 más blancas que el blanco
y ¡oh milagro!
en la luz de una lágrima
se han besado tu llanto y mi llanto…

Se ha quedado tu vida en mi vida
como el alba se queda en los campos
 y hay mil pájaros vivos
en mi alma en esta noche larga de amor
entre cantos sin tristezas ni pesares.

Ya la noche no es tan larga
tendida a tu lado,
entre tus caricias
y el gesto de tu abrazo,
en tus palabras cuelgan rumores
parecidos al lenguaje
que llevas en tu boca de agua,
desde el más quieto charco
al más agreste risco.

Esta noche se ha ido casi aurora,
casi ronda de luna entre montañas,
noche rasgada al tiempo repetido
entre esencias altas y claras,
 circundando de emoción
mi espíritu todo.