Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 10 de marzo de 2017

Mientras te espero


Cenizas De Amor


Cenizas de amor,
 ¿qué guardó mi corazón,
palpitante y crujiente
del intenso amor que por ti sentí?

Se siente tu ausencia,
no te he olvidado,
aún te sigo amando
 entre las cenizas de amor
que me envuelven,
te siento dentro de mí
y en las sombras nocturnas del éter,
en la inmensidad,
aún bajo la luna triste y taciturna,
vago en pálida soledad
como vagabunda del cielo y la tierra
con la perenne inquietud
 de encontrarte y encerrarme
en tus cálidos brazos.

Cenizas de amor,
 he pasado por la senda estrecha
de los grandes zarzales de la vida,
desgarrando mis blancas vestiduras
entre dolores y penas.

Sentí tu desdén y tu abandono,
 tu olvido
 y yo como perdida en mí,
no dejé ni un instante
de sentirme tuya, siempre tuya.

¡Qué dolor, es como arrancar la luz del alma!
Cenizas de amor,
 sólo quedan resquicios
de un fuego apagado,
 te fuiste de mi lado para siempre
y sigues en lo hondo de mi sangre
y yo como escudo
que resguarda mi pecho
 te enlazo en las venas abiertas de mi sangre.

La muerte tiene silencio
y olvido piadoso,
 la traición, la mentira,
se hace ortiga sobre el corazón despierto
y algo de mi luz
en el polvo se ha perdido.

Cenizas de amor,
 tantas noches con sueños desvelados
entre sombríos y tristes pensamientos,
con llantos, quejidos y penas
de dolor acrecentadas.
Cenizas de amor,
 el pecho malherido sufre
y el luto cierra todas mis ventanas.

¿Hasta cuándo esta pena inundará mi alma?
No quiero más el llanto
en la noche pegado a mi piel
como tul de agua,
no quiero más tristezas oscuras
frente a las tinieblas.

Quiero gritar mi dolor
 fuertemente en el aire
 para despertar limpia y serena
en mi nueva aurora única y calma.
Cenizas de amor,
que caigan en un valle de nieblas
para no sentirlas más
en mi triste sangre,
para poder recorrer el océano
de verdes amapolas angustiadas.

Sufre mi alma estremecida
por no tenerte,
quiero alcanzar y gozar
de la paz anhelada
como fanal de luz
para que se agote mi devorante sed
de no sentirme amada por ti.

Cenizas de amor,
necesito hundirme en el mar
tras los corales liberadores del tedio
y salir airosa, pura, limpia y casta,
llegando a aquellos lugares
 donde jamás cruzan
 las crueles aves del tiempo
y sentir mi cuerpo y mi espíritu liberados,
llevándome a un mundo nuevo.

Quiero ahora seguir la travesía
de las nubes entre redes de hojas perfumadas
 y entre brazos del mar que asaltan,
impacientes
 la serena dulzura de una espera
que hace cantar el alma toda.

Herida de amor


Escuchemos juntos
una dulce melodía,
armoniosa que nos permita
danzar juntos con ansias
de seguir viviendo el hoy
hacia un futuro pleno de promesas.

Herida de amor,
mis pasos te seguirán buscando
como visiones de sones acompasados
y correré a regiones ignotas
en un pentagrama vacío que busca
y no encuentra sus notas
que en lejanías se esconden
y se guarecen
en frondas de tupidos follajes.

No lo entiendo,
no logro entender
como se puede herir de esta manera,
¿por qué después del sol radiante,
la fría noche se hizo eterna?
y él, en quien creí,
estalló como una copa
de fino cristal en mil pedazos
que impregnaron el aire
en un vacío irrecuperable.

Ciertamente prefiero
lo que parece ser amor
y dejarme cegar con tu infinita
luz que me consume.

Herida de amor,
cuando escucho tu voz
y mi corazón lleno de lamentos
comienza a golpear
aceleradamente mi pecho.

Quisiera tener alas para volar
y estar a tu lado
para acompañarte y apoyarte.
Cuantas más piedras
te arrojen más alto
haré mi pedestal de gloria para ti.
Lo importante es levantarse
¡fuerza!

¿Por qué siento que mi mundo
está apartado entre soledad
de soledades
entre mil noches sin lunas?

Herida de amor,
la lluvia desgrana
el gris de tu mirada,
mi angustia se prende
en cada gota agonizante.

Herida de amor,
tú me regalas el recuerdo de tus ojos,
plomizos y aleteantes.
Eres el fino aliento de la aurora
y un abrazo de sentimientos mansos.

Herida de amor,
eres en mis días de tormenta,
claridad que perfora nubes.

Herida de amor,
eres la placidez del agua
que en mi piel revolotea
y mi sangre te llama
y te siento mío para siempre.

Corazón con alas de ciudad.
Voz de horizonte y de queja solitaria.
Ojos de jacarandá
madurados en la nostalgia.

Herida de amor,
no quiero que el sol me despierte,
quiero seguir soñando contigo,
tu recuerdo y tu figura
las tengo en mis ojos,
clavadas como dos luceros,
te tengo a ti en mi alma
y prendido en mi corazón.

Causalidad extraña


Causalidad extraña,
te conocí
y en ese instante mi vida cambió,
te cruzaste en mi camino
y juntos vimos muchas lunas pasar.

Nuestras almas no se encontraron
y comenzaron a entonar cantos extraños
que anunciaban en la noche del alma
una aurora nueva
donde en las páginas en blanco
fueron apareciendo frases,
palabras,
versos de amor
plenos de frescura y júbilo.

Causalidad extraña,
todo tiene una razón,
un por qué,
que nos elevan en suspiros
por los aires de colores
y notas sincopadas.

Es que el amor,
extraño sentimiento,
nos une en un todo
y es en vano luchar.

¿Adónde iré sin ti?
no quiero el vil causal de dolor
y pena en mi alma,
te quiero a ti
para que juntos recorramos
nuestros caminos.

Causalidad extraña
que al encontrarte inspiraste
en mi alma sonora,
flotantes alas plenas de armonía,
silencio azul en las etéreas alas
con un ritmo sin fin,
que descienden por diáfanas escalas
el juego de palabras y de ideas.

Extraña sensación,
por ese algo que nos hizo encontrar,
sembrando en mi mundo interior
un amor puro y verdadero
que me hizo nacer versos de adentro,
de allí,
que son para ti,
si no los quieres,
separando la estrofa
te los puedes llevar.

Causalidad extraña y feliz,
tu aroma me envuelve,
tu silencio escucho y en mis versos
quedo inmóvil esperando
que te envuelvan.

Causalidad extraña,
te siento lejos y estás conmigo,
te siento a mi lado
y estás muy distante,
somos la luz de dos.

Mis versos giran en mi sueño alado
y se posan en tu frente
como un beso perfumado de alelíes.

Causalidad extraña
que deja en mi alma soñadora
lirismos cultivados en vergeles florecidos
donde el corazón en el ensueño
se inspira y vuela al espacio
con las alas de todas mis canciones
sobre nubes de ilusiones rosas.

Causalidad extraña,
como dos estrellas errantes
en el inmenso cielo,
profundo y luminoso
nos encontramos para amarnos
en pleno vuelo.