Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 21 de junio de 2018

Tu eres mi paz


Nadie


Nadie,
no fue nadie ni nada,
la Muerte me llevó
por vericuetos misteriosos
atravesando murallas,
 abismos, cuevas,
llevándose con ella mis amores,
 mis alegrías, mis risas,
 mis poemas, mis danzas.

¿Por qué hizo esto?
¿Cuál es la razón de este secuestro no tan furtivo?
Me llevó lejos de ti,
mi amante, mi amado.

Nadie,
voy en busca de la clave
o algún poema en alguna flor
para descifrar el tiempo que nos queda,
mírame sin los ojos
para fraguar en el confín del infinito
y sobreviviré en la memoria de un beso.

Esto sería posible,
 caer en el abismo sin fondo
a inaugurar la memoria vacía
frente al silencio eterno de la Muerte.

Nadie,
sólo nos queda reptar
en los polvos de los huesos de nadie
 y esperar en ese sitio la luz
que borre mi nombre y mi sombra
de la historia de todos.

Tendré que escribirlo todo para no olvidar,
o morir con una granada de palabras
y miles de preguntas como esquirlas.

Danzan en el viento
las hojas amarillas del otoño
presagiando la arritmia
del pulso de la Muerte.


Cargo mi equipaje de rosas marchitadas,
el herrumbre de la sombra
y un nombre como tantos.

Arde y cruje la madera,
esparciendo las cenizas
de este crematorio de esperanza.

El tiempo acalla voces,
el recuerdo horada surcos de dolor,
todo conspira la herencia de los muertos,
el frio del invierno,
el silencio de los pájaros.

Nadie,
sin ti soy nadie,
te necesito muy junto a mí
en la vida y en la muerte,
acá y más allá,
cerca y lejos.

En el paisaje celestial se posa la mirada
del ojo que no existe,
bajo el pie del caminante,
el hueco interminable del abismo.

La memoria juega el juego del olvido
sin nombre que me nombre,
se agrieta esta montaña de silencio
y hace cumbre la última palabra
¡Adiós!

Perdida en caminos oscuros


Perdida en caminos oscuros,
 misteriosos, secretísimos,
plenos de honduras, sin luces,
me encuentro en estos instantes
como profeta de mis fines,
no dudando del mundo
que pintó mi fantasía
en los grandes desiertos invisibles.

Perdida estoy, reconcentrada y penetrante,
sola, muda, predestinada, esclarecida,
en un aislamiento profundo.

Mi hondo centro,
mi sueño errante
y mi soledad hundida
se dilatan por lo no inexistente
hasta que vacilo
cuando la duda oscurece
por dentro mi ceguera.

Perdida en caminos oscuros,
un tacto sombrío entre mi ser
y el mundo,
entre las dos tinieblas
define una ignorada juventud ardiente.

Estoy buscándote,
quiero encontrarte en la noche,
estoy perdida sin ti.

Allí, en la lejanía,
más allá de las palabras,
de los sentidos y las ideas,
en el territorio oculto
de tiempos escurridizos,
perdida grito tu nombre,
 te imploro
con una voz tierna y apasionada.

 ¡Búscame!
¡Atrápame!
Y agitando melodías de fuegos
en las manos del arco iris
correré libre hacia la luz
dejando de habitar las sombras.

Perdida en caminos oscuros,
quiero encontrar el resquicio
para llegar al terreno
donde el amor sueña
 libre en su soledad
y las cruces desnudas
 diluyen su lenguaje de espumas
recibiendo la sencilla vibración
de los corazones puros.

Me alejo,
 cruzando mil huellas oscuras,
pasando el horizonte envejecido,
mirando en el fondo de los sueños
 la estrella que palpita.

Me alejo, sí,
 buscando el camino iluminado,
 dejando atrás los caminos oscuros,
 llevando en mis manos
aquel cielo nativo
con un sol gastado.

Quiero llegar al lugar
donde el amor cae
en cataratas silentes,
 día a día
por las curvas sencillas del viento
desplazando su caudal de perfumes
 en el tiempo sin más ilusiones
que el buscar el acento claro de la paz.

Perdida en caminos oscuros,
huyo presurosa
 para hallar mis palabras
las que se llevó el viento,
 leves y vaporosas,
como las huellas
de las gaviotas en las playas.

Todo en mi vida es un presentimiento,
soy como hoja medio desprendida
que ya la agita
sin llegar el viento,
una hoja perdida,
temblorosa y conmovida.

Clara imagen pura
de mi búsqueda sin fin
de encontrarte
para amarnos y entregarnos
 para siempre en el éxtasis
de una unión secreta,
 nuestra, sólo nuestra.

Perdida en caminos oscuros,
voy labrando sin tregua
 ni senderos a la luz,
hacia ti, para abrazar con mi cuerpo de luna
el templo de oro de tu alma tranquila.

Vayamos juntos
 a la luz del día, ésta,
no es aquella de ayer
ni la que alumbrará mañana.
Búscame en mis caminos oscuros
y en volandas, únete conmigo
en el horizonte sin fin.

Ausencias de amor


Ausencias de amor
Que oprimen y fustigan
 el corazón
haciendo que la sangre
corra más aprisa
entre venas entrelazadas
como tejidos
con formas delicadas
y posibles
 entre espacios sin soledades.

Ausencias de amor.
Que como explosiva fuerza liberadora
nos lleva
a la realidad de querer
que el anhelo de amar
nos arrastre a ese mundo alado,
 invisible
en el que hay que abrirse
con el alma y las manos.

Ausencias de amor.
¿Dónde se esconden?
¿En qué espacios del más allá
como espadas de aire
nos somete en nuestro pecho de aire?

Ausencias de amor.
Denme a beber la poesía
en el raudal de inspiración
 del fragor de lucha
 en el día y en la noche
 meditación duradera.

Ausencias de amor.
Que como rayos
 siempre fulguran llorando
un llanto de tempestad,
 pon en mis versos el tesoro
 de las alboradas de plata,
 de los mediodías de oro
 y de las tardes de escarlata.

Ausencias de amor.
Inspiren mis versos
 de los rumores de los ríos
 y del zumbido del camoatí
 y de las tradiciones
que narra el viento al ombú secular.

Ausencias de amor.
Guardados en mi alma
entre pedazos refulgentes
 con mi pasión total
 para sentirlos de a poco vibrar
 en mi cuerpo,
 esperándote llegar.

Ausencias de amor.
Silencio azul,
asi oscura noche,
en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
hasta fuentes con ritmos sin fin
donde el amor
 nos inspira la llama sin heridas,
 aliviada de dolores
y resquemores.

Ausencias de amor.
Te necesito a mi lado
en la soledad de mis días
para reconfortarme
y dejar libres
mis necesidades
de tenerte junto a mí.

Ausencias de amor.
No quiero
que la ausencia de tu amor perdido
 adormezca mis pasiones
y mis anhelos
y el recogimiento
me lleve
 a que la voz de mi campana
con lentitud
las notas del ángelus desgrane.

Ausencias de amor.
No quiero sombras
que aneguen mi espíritu,
 sino risas,
 cantos,
amor,
 despertando de la nada
 entre vibrantes notas altisonantes,
besándome mi cuerpo todo
 entre sueños alados
que en mis versos gira.

Ausencias de amor.
Surgen en luminoso arrobamiento,
 son caricias deseadas,
 besos suaves
como miel recién probada,
abrazos temblorosos
que todo mi cuerpo ansía,
es la felicidad inminente,
de posesión lenta,
 al fin del paraíso.