Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 24 de agosto de 2012

Ardientes ensueños



Ardientes ensueños, entre deseos y ternuras, juntos en el alma y el cuerpo, nosotros nos amamos bajo la tormenta oscura de palabras no dichas, en el misterio de la mirada, hasta la ira o la melancolía, nos unimos en  un nocturno abandono.
Ardientes ensueños, como dos relámpagos entre el sueño amanecemos atravesando auroras, llegando al horizonte azul donde todo se olvida.
Vivimos tú y yo una secreta existencia donde el deseo nunca se extingue.
Ardientes ensueños, donde el amor impera, rumorea una bandera de rosas, suspendiendo mi voz entre suspiros entrecortados, dulces, leves y profundos.
La transparencia de tus sueños, galopa en mi camino de sombras y me haces prisionera de tus sonrisas y besos.
Tu nombre llueve en mi piel como una cadena de flores y en tu suave tiempo imaginario soy tuya hasta la muerte.
Ardientes ensueños, palpitares únicos, sin límites, iluminados por el Amor, salvándonos de la mediocridad y del tedio.
Nos amamos en nuestros ensueños, sin prejuicios ni condiciones, sin esperas ni reservas, sin egoísmos ni sombras, sin cadenas ni sumisiones.
Ardientes ensueños que nos conducen a la profundidad del océano con la claridad del Sol en las montañas, con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Ardientes ensueños que nos llevan a amarnos con la blanca llama de nuestras almas despiertas, con la alegría de cielos infinitos, peregrinando juntos hacia la dicha divina e inmortal.
Te siento cerca de mí, tu canto me atrae hacia ti, más no sé de donde, eres algo que vive más allá de sí mismo, mis ardientes ensueños te envuelven, te acarician y aunque siempre eres nube y horizonte lejano, sientes mis besos sobre tu alma.
Mi camino está sembrado con tu nombre, mi espíritu solitario te sueña en todas las cosas, mi espíritu te busca tras toda emoción.
Ardientes ensueños que abren las puertas de mi vida, que me hacen escribir imaginando libre de confusiones y miedos estrofas, versos que vienen hacia mí sintiendo renacer en mi mente y alma amores ya vividos o por vivir.
Con lazos eternos nos hemos unidos, me arrojo en tus brazos, en tu alma me imprimo, te infundo en mi ser.
¡Las almas que se aman no tienen olvido, no tienen ausencia, no tienen adiós!
Ardientes ensueños, palpitan sus aromas, tiemblan las brisas, los besos cantan como chispas que lanzan astros y flores en vagas notas que el arpa lanza como un gran himno de esperanzas y ansias.

Perdida en caminos oscuros



Perdida en caminos oscuros, misteriosos, secretísimos, plenos de honduras, sin luces, me encuentro en estos instantes como profeta de mis fines, no dudando del mundo que pintó mi fantasía en los grandes desiertos invisibles.
Perdida estoy, reconcentrada y penetrante, sola, muda, predestinada, esclarecida, en un aislamiento profundo.
Mi hondo centro, mi sueño errante y soledad hundida se dilatan por lo no inexistente hasta que vacilo cuando la duda oscurece por dentro mi ceguera.
Perdida en caminos oscuros, un tacto sombrío entre mi ser y el mundo, entre las dos tinieblas define una ignorada juventud ardiente.
Estoy buscándote, quiero encontrarte en la noche, estoy perdida sin ti.
Allí, en la lejanía, más allá de las palabras, de los sentidos y las ideas, en el territorio oculto de tiempos escurridizos, perdida grito tu nombre, te imploro con una voz tierna y apasionada. ¡Búscame! ¡Atrápame! Y agitando melodías de fuegos en las manos del arco iris correré libre hacia la luz dejando de habitar las sombras.
Perdida en caminos oscuros, quiero encontrar el resquicio para llegar al terreno donde el amor sueña libre en su soledad y las cruces desnudas diluyen su lenguaje de espumas recibiendo la sencilla vibración de los corazones puros.
Me alejo cruzando mil huellas oscuras, pasando el horizonte envejecido, mirando en el fondo de los sueños la estrella que palpita.
Me alejo, sí, buscando el camino iluminado, dejando atrás los caminos oscuros, llevando en mis manos aquel cielo nativo con un sol gastado.
Quiero llegar al lugar donde el amor cae en cataratas silentes, día a día por las curvas sencillas del viento desplazando su caudal de perfumes en el tiempo sin más ilusiones que el buscar el acento claro de la paz.
Perdida en caminos oscuros, huyo presuroso para hallar mis palabras que se las llevó el viento, leves y vaporosas, como las huellas de las gaviotas en las playas.
Todo en mi vida es un presentimiento, soy como hoja media desprendida que ya la agita sin llegar el viento, una hoja perdida, temblorosa y conmovida.
Clara imagen pura de mi búsqueda sin fin de encontrarte para amarnos y entregarnos para siempre en el éxtasis de una unión secreta, nuestra, sólo nuestra.
Perdida en caminos oscuros, voy labrando sin tregua ni senderos a la luz, hacia ti, para abrazar con mi cuerpo de luna el templo de oro de tu alma tranquila.
Vayamos juntos a la luz del día, ésta, no es aquella de ayer ni la que alumbrará mañana.
Búscame en mis caminos oscuros y en volandas, únete conmigo en el horizonte sin fin.

Danza circular



Danza circular, bailo la vida, siendo lo que soy, una y otra vez, me renuevo con las estaciones del Universo y mi cuerpo es el cuerpo de todo lo que es.
Yo soy la que soy, una con el gran Sol, soy esa esencia que nunca morirá… a pesar de desangrarme por el camino, viajando los senderos que eligió mi corazón.
Danza circular, rítmica, audaz a veces, sensual otra, lenta o vibrante, pero siempre plena aún bailando conmigo misma pero dedicada a ti, mi amor.
Danza circular, la bailo de madrugada con la espiral de la luz… bailo hasta que el fuego sagrado de la noche se enciende, me libero y me desapego de todo, apego con la música del cielo… ¡Ven, acércate, baila conmigo la hermosa danza de la vida!
Danza circular, apasiona el aire y vuelve leve la sed del amor, nacen los versos entre caligrafías de perlas en un mar de pasión irradiando encantamientos y concediendo dones como la dulzura de la miel, la caricia del musgo, el fuego del mar.
Danza circular, entre arabescos de luz, entre nervaduras del cielo y abrazos de agua.
Danza circular, arremolina sentimientos y me deja en un espacio único, mágico, irreal, imantando el alma con geometrías vegetales y tules de plata enredados en mi piel.
Danza circular, es contigo que estoy, amor, disolviendo la fragua de la pena que quema, movimientos con resplandores, sin los siete velos, sí con estrellas migratorias en arterias doradas, palpitando árboles y cuerpos enramados en remolinos y ascensiones.
Danza circular, la música nos envuelve entre capullos concediéndonos el don de amar y se mueven resplandores como vuelos de arcángeles sin espadas.
Mis pasos son pasos de una danza, bailo poesías entre colores y movimientos, fogosos e intensos, creando espumas, nubecillas, jardines celestes, corolas blancas.
Danza circular, que comienza antes de que llegue el día, labradora, la aurora se levanta entre estrellas rezagadas que con sus luces que aún recorren los cielos por el mar aún van a sembrarlas.
Estalla la danza entre mil sones redondos de eterna magia y esplendores, estallan en los espacios claros, cubriendo de mitos que la luz guarda.
Danza circular, eterna y sentida, todo baila, brazos, manos, pies y dedos y hasta los ojos y labios tiemblan en rítmicos parpadeos y balbuceos de amor y cubren su verdad guardada en lo profundo de su seno con latires gozosos y palpitantes albores.

Ausencias de amor



Ausencias de amor
Que oprimen y fustigan el corazón haciendo que la sangre corra más aprisa entre venas entrelazadas como tejidos con formas delicadas y posibles entre espacios sin soledades.
Ausencias de amor.
Que como explosiva fuerza liberadora nos lleva a la realidad de querer que el anhelo de amar nos arrastre a ese mundo alado, invisible en el que hay que abrirse con el alma y las manos.
Ausencias de amor.
¿Dónde se esconden? ¿En qué espacios del más allá como espadas de aire nos somete en nuestro pecho de aire?
Ausencias de amor.
Denme a beber la poesía en el raudal de inspiración del fragor de lucha en el día y en la noche meditación duradera.
Ausencias de amor.
Que como rayos siempre fulguran llorando un llanto de tempestad, pon en mis versos el tesoro de las alboradas de plata, de los mediodías de oro y de las tardes de escarlata.
Ausencias de amor.
Inspiren mis versos de los rumores de los ríos y del zumbido del camoatí y de las tradiciones que narra el viento al ombú secular.
Ausencias de amor.
Guardados en mi alma entre pedazos refulgentes con mi pasión total para sentirlos de a poco vibrar en mi cuerpo, esperándote llegar.
Ausencias de amor.
Silencio azul, casi oscura noche, en las etéreas alas que descienden por diáfanas escalas hasta fuentes con ritmos sin fin donde el amor nos inspira la llama sin heridas, aliviada de dolores y resquemores.
Ausencias de amor.
Te necesito a mi lado en la soledad de mis días para reconfortarme y dejar libres mis necesidades de tenerte junto a mí.
Ausencias de amor.
No quiero que la ausencia de tu amor perdido me adormezca mis pasiones y mis anhelos y el recogimiento me lleve a que la voz de mi campana con lentitud las notas del ángelus desgrane.
Ausencias de amor.
No quiero sombras que aneguen mi espíritu, sino risas, cantos, amor, despertando de la nada entre vibrantes notas altisonantes, besándome mi cuerpo todo entre sueños alados que en mis versos gira.
Ausencias de amor.
Surgen en luminoso arrobamiento, son caricias deseadas, besos suaves como miel recién probada, abrazos temblorosos que todo mi cuerpo ansía, es la felicidad inminente, de posesión lenta, al fin del paraíso.