Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 8 de agosto de 2018

Pienso en ti


Candidez amorosa


Candidez amorosa,
mis pasos de alondra,
pisaron el otoño húmedo
y te sentí volar entre la fronda
 indiferente de viejos pergaminos,
te fuiste lejos,
a lugares inciertos.

Quise seguir tu vuelo solitario,
quise amarrar mis ojos
a tus amadas alas,
quise rehacer mis dedos
con tus plumas,
quise volar cerca de ti,
entretejiéndome
entre tus cálidas caricias.

Candidez amorosa,
inocente, crédula,
creía fácil seguirte y tenerte cerca,
más tú volabas, volabas…
Autómata, juguete de papel y cielo
y te tragaba el viento
y te mordía la distancia luminosa.

Y yo, soñaba… soñaba…
que hoy… tal vez mañana…
quizás un día
yo sería la rama de tu nido.
Candidez amorosa,
entre trinos y cantos, versos y metáforas,
 tejiendo nuestro hogar
para ser tuya en nuestra rama
y donde allí posarás tu piel
con el ahogo de tu aliento.

Pero el tiempo pasó,
 lento, muy lento,
no hubo nido, tú volaste…
Fuiste un cuento, mi sueño,
mi leyenda de otoño en serenata.

Candidez amorosa,
cuando mis ojos gritan tu nombre
en la soledad de la distancia imperdible,
el recordar el abrazo de tu piel,
de nave humedecida,
me sacude y me hiere,
me desdobla y me eleva,
buscándote en esa distancia lejana
donde tú te resguardaste,
 te escondiste.

Mi vida es ahora
un cielo trivial de sueños locos
que llenas con tu aliento
de viajero errante y taciturno.
Aprieta mis deseos,
caliéntame las carnes
con tu pasión de viento.

El sol será mañana
un plato de lujurias
y tú serás mi boca
y mis manos desgajadas.

Candidez amorosa,
¿adónde me conduces?
 ¿Por sendas de ingenuidad,
candor, inocencia?

Creo en todo lo que me rodea 
y a veces agobiada, debilitada,
 por creer en imposibles,
me tiendo
en el manto oscuro y plácido
del campo abierto a la noche
y entre las estrellas rutilantes
 me voy en tu búsqueda
con tus sueños y pensando imposibles,
que nuestro amor como pájaro sin alas,
se acurruca desarmado
en nuestros cuerpos,
en nuestras bocas,
en nuestros corazones.

Candidez amorosa,
canta el río mojado de tipas
y empedrada en la sed del silencio
se consumen nuestras formas
 fundidas en el tiempo inagotable.

Placeres y gozos,
 caricias que desgarra,
besos que dibujan
nuestros rostros temblorosos.
Es nuestro amor
que muere cada noche
para nacer…
y volver a morir a cada instante.

Amor mío,
desboca los temores indefensos,
mi aliento con tu boca,
haz mi piel con tus ojos de humo
 y del mundo sin final
 la comunión de una eterna entrega.

Recordándome


Recordándome
(Desde un olvido lejano,
 viniste tras el viento,
buscándome)
no quise escucharte.

Recordándome
(Llegaste a mí
cantando sueños
que volvían de los tiempos de antes
porque en tus estrofas amantes
querías que mi voz
te acariciara)
no quise escucharte.

Recordándome
(Traías en tus palabras
 el pasado compartido,
 entretejido con latidos de amor
 entre inquietudes
de momentos pasados juntos)
no quise escucharte.

Recordándome
(Querías que volviéramos a estar juntos
prendidos a los restos del silencio
de este tiempo ya pasado
y del que escapamos
por milagro)
no quise escucharte.

Recordándome
(Esperabas mi pura promesa
de volver a estar juntos,
pero al despedirnos de lo gozado,
lo sufrido quedo atrás)
no quise escucharte.

Recordándome
(Pensaste
que nuestro sueño de amor vivido
aún persistía
y que nuestra ansia de vivir,
amándonos,
latía,
aún,
en nuestros corazones)
no quise escucharte.

Recordándome
(No te diste cuenta
que estamos al otro lado de los sueños
que soñamos,
a ese lado que se llama la vida nuestra
que ya se cumplió)
no quise escucharte.

Recordándome
(Me dices que me quieres
y es como un despertar
de un no decirlo,
sin designio de lo que lo sepa nadie,
ni tú siquiera)
no quise escucharte.

Recordándome
( me dejas el mensaje
de tu gran querer callado
que sólo tú crees sentir,
 lo que fuimos,
ya no somos,
son sólo imágenes pasadas
de ti y de mí)
no quise escucharte.

Recordándome
(Rompes mi mañana
que es de cristal
por esperar
y apareces cuando tu quieres
para volver a ser lo que fuimos
y ya no somos)
no quise escucharte.

Recordándome
(Sin vacilaciones
creíste volverme a tener,
 abrazarme sin término,
 pero me heriste
en lo hondo
al buscar tú,
otros ojos,
otros cuerpos)
no quise escucharte.

Recordándome
(Después de vivir
 tus breves amores,
 quisiste estar conmigo
otra vez
pero nunca supiste
que ya no estabas más
en mi vida,
sólo eras una huella
que se desdibuja en el aire)
no quise escucharte.

Recordándome
(Tu sensación de retorno
que te estrecha el alma,
 déjala ir
tras el más allá
porque ya nuestra realidad,
 la ya vivida,
 no existe más)
no quise escucharte.

No regresaré


No regresaré
por el camino
donde quedaron tus huellas marcadas,
porque me llevarán
por un sendero oscuro,
sombrío,
hondo
y con obstáculos
que lastimarán mi alma.

No volveré
a pronunciar tu nombre,
sola vagaré
en bosques umbríos
y campos de flores,
 jugaré a no recordarte
y beberé
la luz de las estrellas
 buscando nuevos horizontes.

No regresaré
a compartir tu destino
aunque quieras tenerme
cerca
porque no quiero volver
 a bajar al abismo contigo,
 porque tú
ya no significas nada para mí.

Ya desapareciste de mi ser,
 no quiero sentirte otra vez,
 lo nuestro desapareció
hace tiempo
y no quiero
volver a pensar.

No regresaré,
no me interesa tu mundo
sin luz,
no me mereces
y no te daré el gusto
de volverme a tener.

No regresaré
porque tus sueños
sólo viven en la bruma,
vagan sin empeño,
sin rumbo,
en un mundo fantasmal
donde la risa,
el canto,
ya no existen,
sólo se escuchan lamentos,
 llantos,
 tristezas.

No regresaré,
mis puertas y ventanas
bajo candados,
herrajes,
cerrojos,
 están para ti
selladas para siempre.

Dejo tu recuerdo
enterrado
en la arena de los tiempos
para que se desvanezcan
 por cada lágrima
que me hiciste derramar
desangrando mi alma.

No regresaré,
ni te escribiré versos de amor,
ni malgastaré minutos
de mi existencia
 pensando en un ser terrenal
que sólo trajo
frustración y dolor.

Ahora voy a llenarme de luz,
abriendo mis alas
en busca de amores alegres,
de nuevas fronteras,
nuevos perfumes,
muchas sensaciones nuevas.

No regresaré a ti,
escribiré poemas de amor,
frases,
palabras,
donde tú
sólo
 seas un recuerdo,
crearé el tiempo
haciendo correr mis versos
como el agua
que recorre su cauce
por los afluentes de mi alma
alimentando el desierto
con los latidos del corazón.

Adiós amor de solitarias citas,
 de promesas incumplidas,
 ¿por qué seré cruel dirás?
Será porque no quiero
sentirte otra vez,
lo nuestro desapareció,
mi ausencia desnuda
de sombras
y dudas
quedará en el olvido.
No volveré.