Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 19 de marzo de 2017

Amor y ruido


Enredadera de amor


Enredadera de amor,
 me envuelves en tu capullo
entre hojas verdes y flores perfumadas,
 me siento atrapada entre tus brazos
como una hiedra estremecida
asciende mi vida sobre tu cuerpo
y en mis manos tiemblan las estrellas.

Enredadera de amor,
tiene forma de besos, de brazos,
hacia mí,
nos vamos juntos temblando de futuro,
 a sentirla de prisa,
segundos, siglos, siempres.

Enredadera de amor,
gozo, delicia lenta de gozar,
de amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me siento antes de su llegada,
siempre lo espero con mis ojos cerrados
ya que franqueará su paso
abriendo la enredadera que nos cubre,
 su esperada llegada a lo imposible.

Te espero entre verdes follajes
y campanillas azules
que como nido de amor cálido y tierno
nos cobijará y te siento venir
por tus sonidos tan tuyos,
viniendo de tu ausencia
con ese largo rodeo que das para venir.

Enredadera de amor,
abrázame con tus lazos,
déjame sentir tus hojas verdes
acariciadas por la brisa tenue
en todas las madrugadas de nuestras vidas.

Enredadera de amor,
no te enredes en el temor,
que tus tallos no se sequen
y sin flor no dejes
que lazos del dolor
quiebren tus raíces tiernas ahogándolas.

No permitas que tu vida se retuerza
y caiga al vacío,
no dejes que enredaderas del fracaso
agarren fuerte tu destino.
Deja que lazos de perdón
nazcan y broten en tu interior,
sólo así podrás treparte
como enredadera de amor.

¡Vamos enredadera de amor,
buscando siempre más alto!
¡Préndete con firmeza
para florecer en el cielo
ante sublime belleza!
No te rindas nunca
llévame contigo siempre
abrazada a mi amor,
quiero estar en tus ojos
como llama de crepúsculo
y que tus hojas caigan
en el agua de tu alma.

Apegada a tus brazos
como una enredadera,
las hojas secas de otoño
 giran en tu alma,
recogen tu voz lenta y en calma.

Hoguera de estupor
que en mi seno arde,
dulce jacinto azul
durmiendo sobre mi espíritu todo.

Enredadera de amor,
 eres mi existencia entera,
 mi eterna pasión,
eres mi libertad,
 mi quimera, mi confusión,
mi nota, mi guía, mi gran obsesión.

Descubrir tu voz de enredadera,
 anudarse a mis ojos
vueltos hacia la noche
y sentir el rastro de tu boca,
sombra que se detiene
en el misterio de mi cuerpo desnudo
entretejido de hojas verdes.

Mi corazón tiembla
como canto de nadie,
soy tuya hasta tus raíces,
soy sangre sin hambre,
dolor sin dolor.
Gajito de enredadera,
déjame estar entre tus ramas
 y llegar a la cúspide de tu amor
enredada entre tus brazos.

Secretos inconfesables


Secretos inconfesables,
perdidos entre mil pétalos
blancos, amarillos y rojos
que colman mi campo
como manto entretejido
de “te quiero y no te quiero”.

Son conciertos
de notas aterciopeladas
moviendo a ratos el sauzal
y después tornándose
a la quietud hecha de amores perdidos
y hallados sin saberlo
entre cantos y sentires.

¡Oh, vientos del jardín de los recuerdos!,
desde el fondo soplad,
trayéndome los secretos inconfesables
que los quiero recordar.

Entre albas transparentes
vestidas de ilusión,
cuyos llantos sin causa
derramaron sobre las flores,
mi inocencia pasó.

Secretos inconfesables,
tengo pétalos en los labios
y palabras escarlatas
que jamás he intentado pronunciar.

Tengo secretos inconfesables,
que de tanto guardarlos,
los he perdido
entre mil pétalos blancos
que mis ojos viajeros del tiempo,
cansados de pronosticar,
se diluyen
entre este mar de añoranzas perdidas.

Tengo pétalos
pegados en mis sienes,
en mi pelo, en mis manos,
en mis yemas,
como plumillas
que escriben sueños, nácares, tesoros…

Tengo pétalos,
suaves pétalos carnosos
de mis flores preferidas,
debajo de mis pies,
recorriendo el gran sendero blanco,
amarillento, de mi nido de amor.

Invierto en el presente,
apuesto a futuro, a poesía
y floraciones perennes,
a todos los secretos inconfesables
por amor,
a los pensamientos cárdenos de la vida.

Tengo en suma
un chal de pétalos tejidos
y destejidos de flores deshojadas,
alegres, coloridas,
al que accedo una y otra vez
por éste y otros poemas
inspirados por ti, mi amor.

Secretos inconfesables,
perdidos, desperdigados
en el manto de flores mágicas
de mi lecho de ilusiones
de amor por ti,
irradian el fulgor que seca
las fuentes de mi llanto.

En sus pétalos te recuerdo
y amorosa te exalto,
mientras en la tarde
te inclinas en tus largas manos
y te envuelven como tules
que en tu pecho se derraman.


Secretos inconfesables,
manantial de dicha
que suave se extiende
entre caminos y senderos
remontando los sueños
a las nubes altas
como río de la música,
llovizna de suaves pétalos,
que serenamente,
por dentro, nos abrazan.

La esencia de tu ser


La esencia de tu ser bien oculta
 en el rojo silencio de tus ríos interiores
duerme tu espíritu en una fugaz luz,
estalla en la mañana
como amor retenida en pimpollo.

Mi alma, cercada de tinieblas,
al infinito se alarga
 cuando tú como bálsamo tenue
me haces perder el miedo
en tus brazos que me estrechan
 poderosos y frágiles
con la fuerza de tu amor,
plena magia
que suena como dulce melodía.

La esencia de tu ser me inunda
cual hiedra de amor,
con tu sangre vibrante
que forma raíces profundas y enlazadas
en mi mundo interior.

Naciste como perfil modelado
en blanda cera en los duros biseles del silencio,
estás inmóvil como águila en espera,
con el calor de tus hombros
enlazo la cima de los cielos con la tierra.

No se cuando empezamos a conocernos,
cada mañana nos empezamos a encontrar,
cada nuevo beso es para mí,
mi primer beso,
mi verso debía decirte
lo que para mí has sido,
tú tenías la palabra exacta
con ternuras compartidas.

La esencia de tu ser,
 mi corazón palpita deseoso
de poder llegar a tenerte en mis brazos,
sentir tu sutil aroma,
con el solo anhelo
de llegar a reflejar tus ojos en lo míos
 haciendo que mi alma se sumerja
en un éxtasis infinito.

Así esta pequeña ideología tuya
provoca en mí los sentimientos más profundos
ideando tu figura
mientras nuestros corazones
siguen bebiendo de la misma fuente
como en la hora tiernísima del juego
y de la leyenda,
regalándome primaveras inagotables de tu alma.

La esencia de tu ser,
esa materia que se presenta
como un himno favorito
entre notas que suben en números acordes
de tu pecho a mi oído
y despiertan una viola celeste
 llevándome al cielo como las alas de un ángel,
armonizando su son con tus cantares y tus risas.

Siempre amparándome en tu ser
 y se asoman a mi pecho tus sentidos,
temblando mi cuerpo
al sentirte cerca de mí.
La esencia de tu ser,
 principio de un amor sin tregua,
así voy por veredas de la tarde perdida
para siempre en tu embeleso.

Mi rostro feliz,
mis brazos libres,
recorriendo mis sentidos sin orillas,
vuelvo a tu boca olorosa,
quedándome en el deseo creciente de las aguas,
 jugando con tus sueños y mis anhelos.

La esencia de tu ser,
es mi paz intacta
del manantial de mi dicha.