Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 12 de agosto de 2019

Red de ansias


Soy mujer


Soy mujer,
vulnerable,
sensible,
que oculta y dormida
me escondí del amor
por un tiempo muy largo,
días,
tal vez años,
con temores ocultos
a ser lastimada y herida.

Soy mujer
y ahora soy libre como el viento,
para amar, para soñar,
para elevarme hasta el cielo si quisiera
porque nadie decide mis sentimientos,
nadie le pone alto a mis devaneos.

Amo el amor
y canto mis palabras dulces
que como desafiantes jinetes del aire
se vuelcan en páginas de colores
como prosas de amor
inventando nuevos mundos
desde las frases tiernas
y llevando a las alturas
como aves peregrinas
las lágrimas que se van con ellas.

Soy mujer,
me invento en la cumbre
adivinada entre árboles retorcidos
buscando el retorno de la sonrisa.

Sigo las huellas de mis pasos
en soledades mías,
muy mías,
quiero estar allí contigo
pero tengo miedo de amar
y debo estar acá.

El amor nunca perdona
a quienes saben amar.
Se cobra su tributo,
le pago sin demora,
con el dolor de la distancia,
antes…
y ahora.

Soy mujer
y desde lejos te miro
con mis ojos cenicientos de cristal
y me duele muy dentro.

Soy mujer
y no quiero encontrarte ahora
que soy libre,
me ahogarías,
me arrancarías el aliento
en cada abrazo,
me desarmarías el alma
en cada beso.

Nos uniríamos
en el fino aliento de la aurora,
entre claridades que perforarían nubes
y volaríamos entre frondas salvajes,
sintiéndonos juntos,
muy juntos.

Soy mujer
que en este hoy clama por ser amada
y desea que hagas allí,
en tu corazón,
una imagen viva y radiante,
feliz y colmada en arrullos de amor
que despacito iría hacia ti,
entre besos de pasión y deseo.

Soy mujer
y a pesar de que el amor
me llevará a sufrir
quiero en este instante
que nuestros ojos,
en el fuego de la tarde
nos lleven a vivir con alegrías plenas,
bajo cinceles embebidos
de nuestro sentir noble y puro.

Soy mujer poeta,
soy la flor que deshoja cada amanecer,
llevo conmigo todos los aromas,
la dulzura de la miel,
el calor en una noche de amor,
mi sueño eterno,
mi leyenda de otoño en serenata.

Soy mujer
que ama más allá del tiempo
y la distancia que te busca
en los días de tormenta,
en la placidez del agua
que en mi piel revolotea al sentirte
mío para siempre
sin angustias ni pesares.

Causalidad extraña


Causalidad extraña,
te conocí
y en ese instante mi vida cambió,
te cruzaste en mi camino
y juntos vimos muchas lunas pasar.

Nuestras almas no se encontraron
y comenzaron a entonar cantos extraños
que anunciaban en la noche del alma
una aurora nueva
donde en las páginas en blanco
fueron apareciendo frases,
palabras,
versos de amor
plenos de frescura y júbilo.

Causalidad extraña,
todo tiene una razón,
un por qué,
que nos elevan en suspiros
por los aires de colores
y notas sincopadas.

Es que el amor,
extraño sentimiento,
nos une en un todo
y es en vano luchar.

¿Adónde iré sin ti?
no quiero el vil causal de dolor
y pena en mi alma,
te quiero a ti
para que juntos recorramos
nuestros caminos.

Causalidad extraña
que al encontrarte inspiraste
en mi alma sonora,
flotantes alas plenas de armonía,
silencio azul en las etéreas alas
con un ritmo sin fin,
que descienden por diáfanas escalas
el juego de palabras y de ideas.

Extraña sensación,
por ese algo que nos hizo encontrar,
sembrando en mi mundo interior
un amor puro y verdadero
que me hizo nacer versos de adentro,
de allí,
que son para ti,
si no los quieres,
separando la estrofa
te los puedes llevar.

Causalidad extraña y feliz,
tu aroma me envuelve,
tu silencio escucho y en mis versos
quedo inmóvil esperando
que te envuelvan.

Causalidad extraña,
te siento lejos y estás conmigo,
te siento a mi lado
y estás muy distante,
somos la luz de dos.

Mis versos giran en mi sueño alado
y se posan en tu frente
como un beso perfumado de alelíes.

Causalidad extraña
que deja en mi alma soñadora
lirismos cultivados en vergeles florecidos
donde el corazón en el ensueño
se inspira y vuela al espacio
con las alas de todas mis canciones
sobre nubes de ilusiones rosas.

Causalidad extraña,
como dos estrellas errantes
en el inmenso cielo,
profundo y luminoso
nos encontramos para amarnos
en pleno vuelo.

Incógnita


Incógnita,
palabra que conlleva dudas,
 misterios
de un amor secreto
y oculto,
que hoy no está
en ese recodo
de mi camino.

Ayer borré tus pasos
con mis suspiros
preguntándome si me has querido,
 una incógnita
sin respuesta.

Enigmático sentimiento
que hizo que mis lágrimas
aprendieran
a llorar solas
 bajo el recuerdo
 de tu sombra.

Colores
marchitando las rosas del tiempo,
desmenuzando los momentos,
clavándose en un horizonte lejano,
quizás tú
viviste en el país de mis sueños
al que engalané de amor,
 pasión,
reencuentro,
quizás no te hallé
ante tanta confusión
de pensamientos.

Incógnita,
 lo desconocido
me lleva a pensar
equivocadamente
en verdes esperanzas,
 brillante sol,
blancos inviernos,
en tu corazón rojo
 junto al mío ardiente
en la hoguera de nunca
poder abrazarte
y no importa
si aún puedo imaginarte
y me derrumbo
cuando intento acariciarte.

Arcanos sentimientos
no respondidos,
te llamo en el silencio
y vuelve tu sombra
a invadir mis ojos
y si los cierro
me encuentro
con tu último beso
y una sensación de miedo,
de abandono
se insinúa tras mi espejo.

Incógnita
de un encubierto ensueño
donde luces brillantes
como estrellas,
emborronadas
escapando de la prisión
del tiempo perdido,
allá donde duermen tus secretos
 y los míos
y yace a oscuras
un latido mudo,
oscilante,
impregnado de tu esencia.

Sé que no debo
 conservar un amor
entre mis brazos,
no,
en el aire de los ojos,
entre el vivir
y el recuerdo,
sueltos flotando,
se tiene mejor guardado.

Aves de vuelo
 tarde o temprano
se van por el aire
que las llama,
los ojos son los seguros,
 de allí no se van los pájaros,
 lo que se ha mirado así,
 día a día,
enamorándolo
 nunca se pierde
porque ya está enamorado.

Sí es una incógnita,
 lo que sin darnos cuenta
 ignoramos
 lo que está ante nosotros
y no despertamos
 para vivirlo,
para vivirlo,
contemplándolo
porque el mirar
no tiene fin
sin nuestros ojos
hoy se cerraron
cuando nos raptó la noche,
mañana,
como con un gran milagro
se nos abrirán
el alba y nuestros ojos serán
 más amantes para seguir mirándonos.

Incógnita,
desconocida sensación
 de borrar tus pasos
con mis suspiros
y aún como una encubierta duda
de amor
 me pregunto una y otra vez
si me has querido
y no tengo respuesta
ni en un verso
ni en una palabra de amor
en esta suave curva
de un vivir
camino a lo diáfano
y a lo imposible.