Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 12 de noviembre de 2016

Solo tu


Desde el fondo de mi alma


Desde el fondo de mi alma
escribo para ti,
 mi amado amante,
siento fluir mis versos,
mis frases, mis estrofas
al pensar en ti,
es un canto que perfuma
y ese perfume canta
 todo el amor de mis sueños.

Cada estrofa es una nube
y para flotar en ella
hay que tener luz de estrellas
y corazón de querube.

Desde el fondo de mi alma
tu sensualidad que me llega sin tocarme
 me despierta
 como gotas de rocío al amanecer.
La inspiración más pura,
fluye para escribir ideas,
 frases, palabras,
dando vuelo a mi todo.

Algunas estrofas
que aparecen en esas hojas en blanco
hacen que mi corazón se asombre,
las quiero por audaces
porque sé que en mis anhelos
hay horizontes
para los mundos y los cielos.

Desde el fondo de mi alma
surgen los versos fugaces,
cubiertos de diseños
en las puntas de las olas
alumbrando mis intentos
entre curvas, más curvas,
se inician dibujando mis anhelantes ideas.

Desde el fondo de mi alma,
 los monosílabos van diciendo
en la arena sin huella,
 más, más, más, más
y el propósito se dibuja
en prosas poéticas.

Los deseos
de hacerte llegar mis versos
convocan desde las honduras,
 descienden del firmamento,
 luces, sombras, brisas, vientos, cristales
que son espumas
surtidoras de amores y de palabras.

Como fugitivas centellas
rebotando en sus reflejos,
van cayendo de a poco
en hojas sin estrenar,
hojas de la orilla
que se acercan
con el seno de las olas, tiernas,
llegan tibias al papel
al gran taller del gozo, feliz,
de hacértelos llegar a ti,
mi amado amante.

Desde el fondo de mi alma,
tan blanco como la espuma
trabaja mi pensamiento,
 bosquejando entre haces de luces,
entre resplandecientes afanes,
los versos de amor
que velando están en puro juego
en un ardoroso buscar
la plenitud del acierto.

Desde el fondo de mi alma,
 te busco a ti,
mi inspiración.
¿Dónde vives, solitaria misteriosa?
Por hallarte mi alma no reposa,
vuela y vuela bajo el cielo
y sobre el mar.
Y tan solo como un sueño
que se esfuma,
 ve un revuelo de tu clámide
en la espuma,
ve en los astros
tu dulcísimo mirar.

Pálidamente y en secreto
los versos responden y aparecen
desde lejanías o de frondas
 donde se habían guarecido
y en las estrofas
van los sones brotando
 como pasos de visiones
que conmigo
 los estuvieron buscando.

Deseos reprimidos


Deseos reprimidos, escondidos, misteriosos,
 ocultos en lugares secretos del alma,
 todo en ellos son canjes,
ola y nube, horizonte y orilla.

Deseos reprimidos,
de escapismos y desapariciones,
vuelos a otros mundos
donde la lucha no existe
y donde está velando
en puro juego
ese ardoroso buscar
en la plenitud del acierto.

Tratar de encontrar el universo
cuando se aclare
 la razón final del movimiento,
del no moverse,
del esperar un mediodía sin tarde,
la luz en paz,
renuncia del tiempo al tiempo.

Deseos reprimidos
que buscan en mi interior
 la plena consumación del amor pasional,
sensual, del amor,
 igual, igual,
que de tanto ardor
me conduce al sosiego
mientras mi lira sin cesar lo aclama.

Deseos reprimidos,
son el eco que resuena en mis entrañas,
como los versos en mi alma
que cantan a lo grande
porque van conmigo
con un corazón que las alturas ama
en un ideal cuyos fulgores persigo.

Aspiro a que se insinúen
en el real mundo en que vivo.
¿Qué buscan?
¿Qué esconden?
¿Amares tumultuosos, espontáneos, vibrantes,
sin doblegarse a un doble juego?

Deseos reprimidos,
quiero alcanzarlos, una vez, mil veces,
 con decisión inequívoca,
con prisa desatada,
con mis ilusiones volando
hacia altos templos de vestales iniciales.

Deseos reprimidos,
 los quiero por audaces,
los quiero por ingenuos,
yo sé que en sus anhelos hay horizontes
para los mundos y los cielos.
Placeres, quereres, poderes,
 entran sin desearlos
 a la porosidad lumínica
de todo mi ser.

Deseos reprimidos,
los ansío dentro de mí,
por doquier aparecen
 en cualquier lugar,
en momentos imprevistos,
sin tener un ápice de necesidad,
de poder, de poseer,
de intentar aprisionar al amor
 entre barreras semiabiertas
para sentirme más libre,
dispuesta a intentarlo todo,
a descubrir lo más obvio,
 a lograr el descubrimiento
del deseo realizado.

Deseos reprimidos, íntimos,
que intuyen los aromas del amor,
que dan vitalidad,
fuerza, ternura y placer
para que la vida transcurra sin tregua,
con pausas moduladas,
sin insistentes sobresaltos,
como queriendo volar.

Deseos reprimidos,
tejedores de urgencias, de reclamos,
 de esperas, sin prisas ni bravatas,
pero con insistencia terca
para poder llegar a recoger
el aroma del mundo
y sentirse dentro de él…
profundo y con total fuerza
 ilimitada y necesitada.

Frontera del milagro


Frontera del milagro,
experiencia que nos lleva
a través de lo verdadero
a vivir lo no existente
en este hoy,
sin llantos ni pesares,
sólo sintiendo
las rosas de la caricia.

Frontera del milagro,
 a través de la luz pura
de los vitrales
 entrego sobre tu corazón
y el río inquieto
de tus pies y manos
mi vida colmada
de luminosas palabras de amor.

Me estremece
el pensar como un gran temblor
de víspera y alba
que me sientes llegar,
voy derecha toda hacia ti,
sin desatada prisa
pero cruzando las fronteras del milagro
que me impedían llegar
desnuda y casta
hasta tu pecho
que elegí para abrazarte
igual que escoge cada mar
su playa o su cantil
donde quebrarse.

Frontera del milagro
que nos purifica el alma
en una vorágine de sentimientos,
pasiones y amores
 sin límites,
explorando misterios ignotos
con la fuerza de la energía
que surge del amor
entre cadencias poéticas
que juegan entre sí
con malabarismos alados.

Frontera del milagro
que nos hace ser un espíritu ligero
y sin raíces,
entregando,
expresando,
encontrando
ese resquicio misterioso
y lumínico
desde donde brotará
 la flor de la esperanza
en un amor renacido y total.

Cantando sueños
que nos hacen volver
a los tiempos de antes
y en tus estrofas amantes
revuelan al son de guitarras sonoras
nuestro pasado compartido
entre latidos de amor.

Frontera del milagro,
 tesoro no esperado,
manos que se cruzan
bajo la luz de la luna
en el momento preciso
 en que se asoma
como por descuido
la primer estrella
apurando en ese breve instante
la inmensidad del tiempo.

Frontera del milagro,
juntos,
 muy juntos,
apaguemos los espejos
de los tristes recuerdos
gozosamente sobre los lotos del olvido,
 resonando nuestros pasos
 en la larga acera solitaria
y se pierden
en la cinta del eco
enredada en la cabellera de los árboles.

Frontera del milagro,
el amor nos acuna,
nos mece entre palabras
dulces y tiernas
en un goce perfecto,
huyendo de la raíz de los quebrantos
 entre el fulgor de las luciérnagas
que enciende nuestro nido de amor.

Frontera del milagro,
 en la red sutil del sueño
 nuestro lecho es embarcación
que nos lleva por los ríos del silencio
 y sentimos que como cisnes de humo,
flotan recuerdos y pensamientos
que unen aún más
nuestras almas
cuando en las nieblas nos hemos perdido.

Frontera del milagro
que queda encendida
entre tú y yo
la lámpara que nos haga encontrar,
siempre,
el sendero
para que este prodigio de amor
nos una siempre.