Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 17 de enero de 2020

Desamparada


Recuerdos del pasado


Recuerdos del pasado,
Señales advenedizas y trágicas
Que raudamente vienen sin saber por qué.

¿CUÁL es la razón de este cambio
Absoluto y total?
¿Por qué el pasado viene a cambiar el presente?

Mi vida blanca de tristeza,
Es luz todo dolor
Y aún el amor me inunda
Y me hace recordarte…
Como mi gran soñador.

Recuerdos del pasado,
Mi fantasía con audacia, inquieta y mágica, sin cesar
Busca la paz interior,
Aún sintiendo el dolor interior Y más profundo
En la nocturna soledad secreta.

Recuerdos del pasado,
No obstante este HOY sangrante y doloroso,
Entre los sueños peregrinos prosiguen
Con voluntad férrea y tenaz por el desierto humano
Que comencé en el AYER, va poco a poco superando…
Hacia la esperanza del cambio.

Y aunque no llegue nunca a los serenos
Doseles de las palmas, por lo menos
Más cerca de ellas cavare mi fosa.

Recuerdos del pasado,
Y aún a pesar de mi ánimo sin decaimientos,
Mi mar de llantos busca en mi interior
Las frases,
Las palabras de amor,
La poesía que emana de mí hacia el mundo real,
Que a veces esta partido.

Recuerdos del pasado,
Soy una vagabunda del cielo y de la tierra,
Y el lenguaje sutil,
Cuando los cristales duplican sus colores,
Mi ánimo se levanta hacia lo alto,
Superando todos los obstáculos,
Que me hieren y lastiman.

Soy una página en blanco
Y no encuentra en estos instantes de dolor…
Los poemas que están en en el aire perdidos,
Allá en la lejanía.

Recuerdos del pasado,
No regresen a este HOY,
Busco el amor,
La paz en todo mi existir,
Y sé que pronto llegarán.

Despedida sin adiós


Despedida sin adiós,
la noche como ceniza negra y borrosa
va tras de ti
galopando,
entre turbulentos huracanes, rayos, truenos,
que te alejan más de mí.

Sé que sufriré
sin tu presencia a mi lado
pero la vida, diluyéndose como segundos de agua,
nos lleva al mundo del olvido esperado,
el necesario para renacer en nuevo amanecer
donde en miles huecos y resquebrajos sin fin
nos lleva a encontrar la paz necesaria
para encontrar el amor único y veraz.

Despidiéndote sin adiós,
no quiero noches quietas,
abismales con hondas cuevas
que nos llevan a mundos sin destino.

Sí, me despido de ti
sin una mirada, sin una palabra
silencio absoluto, oscuro, oscilante,
que se quiebra en puntas de cristal acrisoladas
para querer herirme pero no pueden,
una barrera me defiende,
es la barrera del Amor
que rodea toda mi vida.

Enamorada de la vida, del amor,
la unión, la solidaridad del compartir en un todo
lo sabio y pertinaz que nos conduce a la felicidad interior
de nuestro corazón latiente y vibrante.
¡Viva la vida! ¡Viva el amor!
Lejos, muy lejos,
vete de mí, no te des vuelta,
no me busques.

No me encontrarás jamás
en este mundo dividido entre vos y yo.

Tengo


Tengo las manos colmadas
de deliciosos momentos vividos
con intenso amor,
plenas de recuerdos inolvidables
y de penas ya olvidadas.

Tengo mi cielo de día
con un vestido azul y un botón de oro,
de noche con un vestido de luto
y un botón de nácar.

Tengo de día
todo el esplendor y el brillo
por que es cuando llega el amor,
de noche me sumerjo en la invisibilidad
porque es cuando el amor se aleja.

Tengo todos los encuentros fugaces
entre luces distantes
y azares sin respuesta.

Toda mi vida me palpita
encendida entre tus brazos,
cuerpos finos y delgados,
todos miedosos de carne.

Tengo,
desde que naciste,
al son de mis deseos viola de amor,
altar en el Olimpo,
cintura cincelada en nácar verde
y perfil modelado en blanda cera.

Tengo el calor de tus hombros enlazado,
apretado en mis brazos
y me siento en la cima de los cielos
con la tierra.

Crecías hacia dentro de mis dedos
cuando herías mi piel con tu belleza
y al roce y al llamado de tus ojos
tengo en mi alma
todos los poemas alzados
desde mi sangre.

Te tengo en el verde follaje
levantado del árbol
donde pierdo mi albedrío
y en el viento caliente de estío
y en la orilla del amor enamorado.

Tengo mis sentidos
creciendo a tu espalda,
flamígeros cipreses
en hileras por los aires,
un círculo amarillo
me inundaba de cuerpo entero.

Tengo tu figura vedada a mis poemas,
a mis prosas de amor
como un cerco de jóvenes olivos.

Tengo en mi boca tu nombre
y llevando las manos a tu pecho,
amor,
desnudándote,
caminas sobre el muro
que cerca mi silencio.

Tengo un aire domado por donceles,
ramos verdes que rodean mi sosiego
posando un viento en mis labios
que te acercan más a mi
y soy feliz.

Eres mi sol y mis cánticos unánimes,
el brillo de mis bienes ya logrados
y el aire para el vuelo de mis ángeles.

Tú conservas los labios
sobre el musgo
y tu nombre en el silencio,
riela,
espero que no te apartes nunca
y siempre nazcan de tus ojos
el verde azul que refresque mis sentidos.

Tengo,
te tengo,
tengo todo en mí,
eres mi luz en el zócalo del viento
rezagando mi camino,
ancla de oro y cadenas de mis anhelos.

Eres mi música del viento,
tan leve en extensión
al amparar su son
tan breve tiempo.

Te tengo y al tenerte
¡qué sensación tan profunda arranca
de mis entrañas!
¡qué grito de amor
desgarras de mis poros
y mi sangre!