Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 27 de diciembre de 2011

Esperando tu llegada



Esperando tu llegada, aquí estoy, expectante y emocionada, ansiosa, entreluces del hoy y del mañana.
Solo espero tu llegada, cada día, cada tarde solo tú enciendes la flama que no quema pero arde.
Esperando tu llegada, para gozar sin prisa de tu presencia añorada para que veles mis noches de sueños.
Quiero que en mis auroras tu aroma me envuelva y sentirte cerca mío, muy cerca.
Esperando tu llegada, en un tiempo cercano, intimo y nuestro, sin afanes indecisos, sí con esperanzas nuevas sin nunca más perdernos ya de vista, de volver a ser uno, de juntarnos fatalmente perdidos en la vorágine de nuestros besos.
Esperando tu llegada, anhelada, deseosa de sentir tú aliento fresco y cálido.
Te espero aquí, tras la paz de intactos cristales en nuestro manantial de dicha que suave mana, en nuestros sueños remontándonos a nubes altas.
Esperando tu llegada busco tu sonrisa flotando en el éter , buscando tus labios los míos para cubrirme de besos, disipando para siempre las neblinas que me envolvían tristemente.
Esperando tu llegada mi corazón espera descansar ahora, en la breve rama de tu pecho y aunque muera sé que vivo en los claveles futuros de tu cuerpo.
Esperando tu llegada en el grave concierto del otoño, escuchando como los violines agitan un mar de hojas amarillas, rojizas, elevadas por el viento.
Te espero desde los campos de amapolas y solo tú irradiando tu fulgor secas las fuentes de mi llanto.
Como el nardo juvenil guardas en tus entrañas los bálsamos  y secretos de lumbres que hacia el tristísimo corazón cansado, lo colmas de las blancuras del astro.
No importa que te aleje, que aún no estés a mi lado por mares o el tiempo te aparten porque por sobre la verde muralla del agua agitada llegas, al fin a ver los carismas divinos de la luz y del canto.
Esperando tu llegada mi corazón late en este rojo silencio de mis ríos interiores y bien oculta duerme la esencia del ser que no logra vivir sin ti.
El amor ha de estallar mañana, retenido en pimpollo, donde mi alma, cercada de tinieblas al infinito descansa.

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