Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 25 de mayo de 2012

Alquimia


Busco en mi yo íntimo, en la mina del amor donde tú has excavado y dejaste en mi céntrica felicidad todo lo que estaba buscando, pero ese misterio insondable no pude encontrarlo.
Y como ningún alquimista obtuvo aún el elixir, yo aún espero por el despertar de un deleite pleno y prolongado en el que sueño todas las noches porque en tu presencia mueren todas mis palabras.
 Necesito de esa ciencia oculta para obtener una noche de estío, de apariencia invernal, porque tú mi amado anidas  en mi pecho y un sendero de fuego me lleva hacia ti.
Busco una vana sombra de amor eterno y pido a Hermes me ayude a encontrarla sin tener que entregar a cambio mi bienestar, mi esfuerzo, mi honor y mi vida.
 ¡Crisopeya, te invoco!, debo hallar el tiempo de pensar y de reír también porque la risa es la fuente  de poder más grande del mundo, es la música que hace vibrar el alma sin burlas ni sarcasmos.
 Si la alquimia, ciencia oculta, buscaba la vida eterna, yo sólo necesito el poder dar, que es el secreto de la eterna juventud.
Yo a tí, te inventé con la  alquimia de mis sueños, te vestí de imposibles, en tus pupilas inicié un poema que acarició levemente las páginas en blanco y en lo más alto entronicé tu imagen.
Eres el inaccesible, el esperado pero no llegado y por ti siento un deseo atávico que me induce a un loco y extraviado frenesí.
 Te inventé en todas las formas, tus miradas, tus sonrisas, las encontré rielando en el espacio junto con tu voz, única, seductora, y yo te aspiro y te gozo, sin pronunciar jamás tu nombre.
Alquimia, ciencia oculta, crisopeya de lo que no se ha encontrado, pero yo igual te amo aunque no existas, no espero que aparezcas, ni que el roce de mi tacto te defina y sólo  percibo el nítido esplendor que irradias aún careciendo de luz propia.
¡Sigue alumbrando mi vida!, no quiero que desaparezcas en la oscuridad, quiero que tu fina línea turbia que rodea tu pupila siga siendo un destello y que tu voz siga acariciándome con melodías de inmortales…

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