Desde los aires, como una sílfide entre las nubes cercanas.
Y como una ninfa desde las olas de agua tumultuosa e impredecible te
busco en cada instante, cuando mi alma va hacia ti.
Me haces falta, con deseos que se hacen altivos y castos
Con ansias de estar frente a frente. Vivimos en otros momentos juntos.
Lo nuestro es renacer otra vez, es un juego de amor en todos los tiempos
y lugares.
Quiero estar contigo, en el ruido ensordecedor del
mar que las espumas como corolas blancas salpican mi rostro, mis ojos,
los que te están buscando
Amor sencillo, sincero, sin complicaciones, retórico que desde tiempos inmemorables nos junta y nos
aleja.
Los cambios son paulatinos, son progresivos, se logran con el tiempo.
Te pienso absorta con ilusión, en mi existencia, en mi añoranza.
En la quietud de la noche se oye mi voz queda, muy queda, te está llamando mi alma en la luna, en el mar embravecido, en el rayo de
sol y en la noche sombría.
El espacio crece día a día y no se detendrá, hasta decirte, ¡me haces
falta!
Esperaré el momento, el lugar, ese punto en el infinito, donde te he de
encontrar.
Estar contigo, cada vez que late mi corazón, cada vez que respiro cada vez que siento que vivo.
Me haces falta, antes de que nazca el sol, me haces falta siempre en el
camino
Me haces falta en los mares tumultuosos, turbulentos donde el agua
salpica y corre como un hervidero de luces y sombras.
Estar contigo siempre, hoy y mañana, como la dulzura del sabor,
como el fuego al calor, como el tiempo a la eternidad.
Me haces falta, como la luna al mar, para poder soñar con quietud y
calma,
Tú, mi existencia en mi añoranza!
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