Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 6 de junio de 2012

INCÓGNITA

 


Incógnita, palabra que conlleva dudas, misterios de un amor secreto y oculto, que hoy no está en ese recodo de mi camino. 
Ayer borré tus pasos con mis suspiros preguntándome si me has querido, una incógnita sin respuesta. 
Enigmático sentimiento que hizo que mis lágrimas aprendieran a llorar solas bajo el recuerdo de tu sombra. 
Colores marchitando las rosas del tiempo, desmenuzando los momentos, clavándose en un horizonte lejano, quizás tú viviste en el país de mis sueños al que engalané de amor, pasión, reencuentro, quizás no te hallé ante tanta confusión de pensamientos.
Incógnita, lo desconocido me lleva a pensar equivocadamente en verdes esperanzas, brillante sol, blancos inviernos, en tu corazón rojo junto al mío ardiente en la hoguera de nunca poder abrazarte y no importa si aún puedo imaginarte y me derrumbo cuando intento acariciarte.
Arcanos sentimientos no respondidos, te llamo en el silencio y vuelve tu sombra a invadir mis ojos y si los cierro me encuentro con tu último beso y una sensación de miedo, de abandono se insinúa tras mi espejo.
Incógnita de un encubierto ensueño donde luces brillantes como estrellas, emborronadas escapando de la prisión del tiempo perdido, allá donde duermen tus secretos y los míos y yace a oscuras un latido mudo, oscilante, impregnado de tu esencia.
Sé que no debo conservar un amor entre mis brazos, no, en el aire de los ojos, entre el vivir y el recuerdo, sueltos flotando, se tiene mejor guardado.
Aves de vuelo tarde o temprano se van por el aire que las llama, los ojos son los seguros, de allí no se van los pájaros, lo que se ha mirado así, día a día, enamorándolo nunca se pierde porque ya está enamorado.
Sí es una incógnita, lo que sin darnos cuenta ignoramos lo que está ante nosotros y no despertamos para vivirlo, para vivirlo, contemplándolo porque el mirar no tiene fin sin nuestros ojos hoy se cerraron cuando nos raptó la noche, mañana, como con un gran milagro se nos abrirán el alba y nuestros ojos serán más amantes para seguir mirándonos.
Incógnita, desconocida sensación de borrar tus pasos con mis suspiros y aún como una encubierta duda de amor me pregunto una y otra vez si me has querido y no tengo respuesta ni en un verso ni en una palabra de amor en esta suave curva de un vivir camino a lo diáfano y a lo imposible. 

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