Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 22 de septiembre de 2012

El camino del silencio


El camino del silencio, nos llega hasta el alma, sin saber de qué ausencias de ruidos está hecho.
¿Son letras, son sonidos?
Es la lengua antigua del paraíso, sones primeros, vírgenes, tanteos de los labios cuando en el aire del mundo se estrenaban los nombres de los gozos primeros.
El camino del silencio, que los dos unidas nuestras almas recorremos íntimamente en una realidad que no deja huella, en memoria ni en signo en la paz de intactos cristales que nos libera del ruido, de la sombra.
El camino del silencio, nos remonta juntos, muy juntos a las nubes altas como manantial de dicha que suave emana entre libros, flores, pájaros y sueños.
Nuestros pasos ni resuenan en la acera solitaria y se pierden en la cinta del eco enredada en la cabellera de los árboles.
El silencio nos rodea entre luces y sombras uniéndonos en la salud luminosa de las sonrisas.
Nuestras manos se tenderán para recibir las rosas de las caricias.
El camino del silencio, nos lleva a senderos entre montañas y estrellas rutilantes.
Nuestro amor, silencioso y profundo es como un árbol florecido, río de música, llovizna de jazmines que nos abraza con total intensidad.
El camino del silencio, nos conduce a lo hondo de nuestra alma, nos ampara, nos salva, con su flor de cielo envolviéndonos con guirnaldas y collares sin sonidos ni sones.
Iremos juntos como tordos de niebla, recorriendo el verde campo de amapolas florecidas.
El camino del silencio, iluminado por los rayos áureos de la luna nos une cada instante más, no son necesarias las palabras, el amor nos rodea y en un abrazo profundo bajo el sauce lánguido de la noche nos envuelve.
Sólo el silencio nos rodea y nuestras manos estremecidas se unen en el mar de mi regazo tras los sueños liberadores del tedio.
A través de nuestro silencio compartido llegaremos a las islas que jamás cruzan las crueles aves del tiempo y vamos tras la azucena jubilosa del amor límpido y puro.
Vamos juntos abriendo el tupido follaje de misteriosas selvas tras las calandrias y las rosas de primaveras lejanas.
El camino del silencio, con una inmensidad amorosa convertido en puente al infinito nos conduce, castos, transparentes, serenos.

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