Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 5 de octubre de 2012

Crónica de un sueño



Crónica de un sueño, mientras te duermes bajo el trópico de tus párpados, decrece una selva alba.
Juguetones ríos calmos se despliegan y se unen para inundar tu dulce mirada dormida.
Más allá de tus pestañas van recostándose amplios montes, pinares de bosques primigenios de luz que besan su reflejo, sosegado en el ardid de las riberas.
Crónica de un sueño que describe tu descanso, tu iris es el cobre que se oculta, el calor que sostiene a la sombra como una gota última de frescura, el lento fulgor que llena la tierra y hace descansar, maduro, al fruto.
Crónica de un sueño, cuando ya duermes tus ojos son el pesado manto de la noche, circulares cuevas para la nube, palmas de madre celeste, arrullando el pálpito, aún agitado, en el relámpago de la vida.
Tus pupilas son un acuario de estrellas, lámparas floridas de profunda raíz, cigarras de estío que alumbran con el canto de sus alas la paz a tu sueño de tu cuerpo dormido.
Crónica de un sueño, del que no es sencillo despertar y la estrella de mi númen, brilla en mi cielo de fantasía, haciendo real mi sueño ejercitando una precisa melodía.
En mi duermevela la inspiración se torna esquiva y los poemas, versos, frases, giran y revolotean sin cesar, cayendo, letra por letra en una danza circular.
Cada suspiro aporta el amor al árbol del recuerdo que derriba el placer de la dulzura que me reconforta.
Crónica de un sueño de un poeta que plasma el sentido de una realidad para percibir la tan ansiada meta de encontrar el amor verdadero.
La meta de pintar un mundo despierto con un corazón fresco y abierto, el límite entre lo cierto y lo incierto, utilizando las soñadas palabras para volcarlas puras y vírgenes al papel en blanco que en el sueño aparece.
En mi pluma llevo el acero de la viva nostalgia, en mi corazón laten los poemas vividos, en mi sangre corre un río de sueños compartido, mis labios pintan versos y gritos reprimidos.
Crónica de un sueño, donde se plasma el sentido de una realidad para percibir las tan ansiadas metas.
Y la palabra tejida con amor en el sueño aparece y el verso diáfano y triste vuela alto hacia horizontes lejanos para que lleguen a tus manos en tu somnolencia despierta en un río de sueños donde prevalece el verdadero amor.

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