Vivamos el hoy con música vibrante de campanas.
Vivamos el hoy en una atmósfera con aroma a fiesta y que el
vals ondule con sones lejanos todos los instantes de nuestra vida.
Vivamos el hoy sin tristezas lejanas ni profundas, sin
amores falsos, sin mentiras oscuras.
Vivamos el hoy acunados por palabras sinceras cual sones de
arpa hablando el lenguaje sin voz de espíritus sutiles.
Vivamos el hoy haciendo que cada segundo vibre como cuerda
frágil de guitarra y su sonido nos toque el alma sin importunas melancolías de
recuerdos vanos.
Vivamos el hoy con esperanza soñadora, espejismo del
desierto que nos alumbra la luz de la
aurora
Vivamos el hoy, ¡riendo!, ¡cantando!, ¡amando!
La vida es fiesta, es calor, es pasión, es movimiento.
Lo mismo dice el viento en ululares lentos y graves forjando
en las ramas de azalea una orquesta, dándole al aire aromado aliento de las
rosadas flores.
Vivamos el hoy, no el remoto
porvenir, vivámoslo con calmas hondas y vívidos cariños, con ternura
profunda, con besos puros.
Vivamos el hoy sin pensar en penas futuras desconocidas ni
pasadas del ayer, que se mezclan y nos envuelven en dolores y misterios.
Vivamos el hoy, sin avanzar en tinieblas, busquemos
claridades de luz, ¡qué difícil!, pero vivir así valdría mucho más.
Vivamos el hoy con aliento profundo para continuar, permitiendo que la
flor de la esperanza nos lleve a soñar…
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