Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


jueves, 29 de noviembre de 2012

Canto sin palabras



Canto sin palabras, en silentes espacios del todo y de la nada, lo siento dentro, muy dentro, cantando en mi alma mis amores escondidos.
Canto sin palabras, el ambiente sonoro de grillos y cigarras, glisando las brisas, del temblor del ramaje, me sumergen en estos versos que me atrevo a cantar dentro de mí. Sin palabras en papeles que quedan en blanco esperando el momento que las letras los inunden de amores.
Los cocuyos encienden sus chispas intermitentes, vanidosos rivales de galaxias lejanas y la luna sobre el mar rielando en el oleaje, comprende soberana en el paisaje solidario mi canto sin palabras.
Canto sin palabras, cuando le llegue su momento, su día le llegará, vibrarán en hojas en blanco, temblorosas y tiernas. Volcarán sus sentires intactos, puros, que gozarán la virginal delicia de no haber sido vistas por ningún mirar, sólo cantos en mi alma fueron.
Palabras no hay aún, no se las puede nombrar, quién las busque en arco iris o en cielos iridiscentes nunca las encontrará, son cantos sin palabras.
Disfrutan esencial vida en mi yo interior como el agua antes de ser arroyo, lágrima o mar.
Canto sin palabras, ya les llega su día, su canto se escuchará cuando el día amanezca en un alba estival. ¿Qué color tendrán sus letras al llegar al papel que las espera? ¿Tendrán un color de cielo? ¿O de azul de mar? ¿O de verdes primaveras?
Canto sin palabras, ya comienzan a llegar por el aire, van y vienen tratando de alcanzar el silencioso papel que las atrae insinuante, querencioso y atrevido, deseando leer el canto, el que vino del alma.
Canto sin palabras, melodioso, como el trinar del ruiseñor posado en espumas, en frondas marineras. Así como el cielo se vuelve al mar y el mar al cielo regresa, las palabras de amor de mi alma van hacia la magia de las hojas en blanco y de ellas vuelven a mi alma, más sutiles, sentidas. Susurradas con lenguajes entremezclados con palabras que humedecen mi interior con lágrimas como lluvia recién mojada venida de mundos remotos pletóricos de amor y de eternas primaveras.

No hay comentarios: