Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sorpresa inesperada



Sorpresa inesperada, ¿qué viene por el sendero blanco como papeles de rocío, revoloteando el aire hacia mi? Buscan mi nombre, hurgan entre miles de huecos de arcones con cerrojos y llaves entreveradas en un ovillo metálico que es imposible desatar.
Sorpresa inesperada, como en un combate con carcaj en nubes urdidas, sueño que despierto entre murmullos desnudos donde la luz en mis pupilas congrega la sangre en los sentidos y una tibia memoria sin contornos descubre lo que esperaba ansiosa.
Sorpresa inesperada, se mueve la distancia hacia ella como alas batientes detrás de mi alma, inútil que te busque y te persiga, vendrás por el aire burilada por el talón de arcángeles invictos.
Sorpresa inesperada, mi corazón tiembla, la duda me inunda, ¿es que acaso llegará a mí, a pesar de todas las murallas que me envuelven y me aprisionan en castillos de cristal?
Un miedo tibio padece lentamente mi alma pero la esperanza lo cubre con mantos verdes haciendo que el aire húmedo me lleve a cielos de alamedas de cristal, esperando en paz y sosiego.
Sorpresa inesperada, se acerca despacio, sin prisa, sobornando las dudas que me acechan que me quitan el hechizo de mis sueños.
¿Será verdad que me encuentra lo que más espero? Mis manos se agitan, angustiándose en el aire en un largo alumbrar del movimiento.
Cae el pulso agitado de la sangre sobre el plato sonoro del silencio, quema la llama hirsuta de mi frente, un ave de marfil en primer vuelo.
Sorpresa inesperada, ¿Vendrás a mí? ¿Me encontrarás en el instante preciso en el que más te necesito?
Crece en mí, una hiedra pálida de dudas, ahogando en desazón el pensamiento y deteniendo las horas de la espera la ramazón elástica del viento.
¿Cuál es la sorpresa inesperada? La que agita mi alma, la que levanta la estirpe de mis cantos y mi sangre convoca con apetencia haciendo brotar de mi interior las palabras con sonidos, las frases de amor, la que despiertan mis sentimientos más íntimos, los secretos guardados con celo y artimañas para que nadie los encuentre en el nunca jamás.
Sorpresa inesperada, te reclamo, te nombro para que me halles y me sumerjas fija en este mundo entre alegrías y cantos, hacia mi interior donde el deseo reverdece.
Queda la incógnita, lo no sabido, lo imposible de anunciar, el misterio no develado, el ruego no escuchado, la quietud inmóvil, la soledad sin amor.
Sorpresa inesperada, eres el solar de mi vida, el deseo consumado aún sin serlo, coronas los vientos serenados de mi vida y haces surgir los cánticos unánimes de mi frágil existencia.
Ya se acerca, notas suben en números concordes, el mañana me espera y con sones de oro te proclamo dueña y señora del existir en esta vida donde la sorpresa inesperada nos conduce a dichas sin sonrojos corriendo por la cifra de mi nombre hacia el cuenco sellado de mi vida.

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