Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 14 de enero de 2013

Dos títeres


Dos títeres, somos dos seres que sin rostro y sin piel nos amamos con total intensidad, manejados no sé por quién.
¿Quién rige nuestras vidas? Vaga historia, formas turbias, sucesión de ademanes con cadencias.
Y en nuestros escenarios de vida, surgen de pronto, veloces animaciones, falsos besos a través de nuestra aparente piel y sufrimos condenados sin remedio a pasiones y a ilusiones vanas.
Nuestros cuerpos se acercan, se tocan, se llaman pero en un instante, sin darnos cuenta se paran tan sólo frente a frente entre enredos de hilos multicolores y volvemos a la soledad, toda desnuda sin ver en nuestro interior la tela blanca de nuestras vestiduras, inmaculada, ajenas a las maldades que en ella pretenden, unos extraños, cometer.
Dos títeres, que entre hilos de voz, que se oyen en la noche, nos acercan y nos alejan, ¿Quién, de dónde, por qué? y entre luces inciertas nos amamos.
Juntos, muy juntos, de improviso, desapareces en un telón oscuro y misterioso, ¿Adónde estás? ¿Por qué te alejas? Y yo sola quedo desmadejada y quieta en el suelo polvoriento del teatrillo.
Por mis mejillas resbalan lágrimas de color y esos lagrimones tristes, dejan manchas en mi vestido de estopa y algodón como pétalos encarnados de mil colores diferentes.
Y mi voz que sólo tú escuchas, te dice temblando y con frío “soy el dolor que por donde andas, ando. No clames más, tu corazón es mío.
Títeres, fantoches, polichinelas nos llaman, brindamos risas por doquier pero en nuestro interior con voces prestadas, chillonas, agudas, falsas, sufrimos por amor, habitamos un cuerpo que no es nuestro y no pueden sujetar con trenzas o lazos nuestros corazones que están unidos por un eterno tiempo.
¿Quién nos hizo? ¿Por qué? Vivimos en un hoy que no es nuestro y con redoblada fuerza sacudo el silencioso corazón de quien nos une y desune a la vez y sólo hay una puerta que ni a mis golpes responde, es inútil cambiar, es inútil gritar, sólo nos queda amarnos en esos instantes en que por milagro, estamos juntos, muy juntos.
El tiempo es un río que huye y en algún momento en un arcón de madera nos dejarán juntos y todo quedará atrás en las sombras de un remoto ayer y así podremos amarnos, reír, vivir nuestro existir, mirándonos a través de nuestros ojos de cristal policromados y siempre abiertos.
La eternidad será nuestra casa que al fin hemos de habitar y no habrá hilos ni lazos que nos puedan separar.
Dos títeres que se aman y que ya no temen a la muerte ni a la vida, sólo les queda soñar y así todo pasa, sin que la transparencia del mañana se enturbie jamás.

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