Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 22 de enero de 2013

No sé quién eres


No sé quién eres, ser anónimo, desconocido, que quiere entrar por resquicios de mi entreabierta vida para escudriñar mi alma que como alba nube se eleva hacia el infinito.
En los duros biseles del silencio, inmóvil como águila señera no permitiré que hurgues mis deseos ni roces el llamado de mi voz.
No sé quién eres, te desconozco, tu voz es extraña para mí, te desconozco en mis miradas, desnuda o disfrazada.
Eres el desconocido por estas tierras de mi hoy y de mi mañana.
No quiero tener cerca el aire que te cerca la garganta ni despertar en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el aire.
Tus llamadas son nada para mí, tú no estás en el verde levantado del árbol donde pierdo mi albedrío y en el viento caliente del estío, ni en la orilla del mar enamorado.
No sé quién eres, tú estás contra un muro hablando y mis sentidos crecen a tu espalda, flamígero cipreses en hilera y por los aires un círculo amarillo huye demudando mi casta y pura alma.
Quieres hurgar la raíz de mis sentidos vedando con tu figura con un cerco de jóvenes olmos mis poemas de amor que se esconden de ti, el desconocido.
No sé quién eres, muda su verdura el monte nuevo con un temblor tocado de rocío y tú el anónimo como un árbol doncel quieres irrumpir en mi vida con un viento por vientos perseguidos.
Crece en mí una hiedra pálida de dudas ahogando en desazón al pensamiento y buscas de tener las horas de la espera en la ramazón elástica del viento.
No sé quién eres, sólo sé que estás rezagando mi camino como cruz que aprieta las nubes contra el cielo.
Es inútil que me busques me persigas con tu voz, tú pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu anhelo, yo soy vagabunda del cielo, tú un vagabundo de la tierra.
No sé quién eres, no me busques, no me podrás hallar, la luna es una nota errante que se extravió de su cantar y con su luz agonizante me esconde y entre secretos me cobija para que tú no me encuentres jamás.
No sé quién eres y prefiero no saberlo.

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