Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


jueves, 31 de enero de 2013

Y tú... me acaricias


Y tú… me acaricias, me estremezco de emociones reencontradas, de ilusiones níveas, el estar entre tus brazos es llegar al infinito del existir.
Y tú… me acaricias, el sol esconde los claveles de la brasa y mi cuerpo te siente y vibra en las ondas del aire.
¡Ah!, qué emoción profunda me envuelve en el tremendo afán de ser ola, nube de sal, deshaciéndose en la llanura fluyente del mar de tu cuerpo extendido a mi lado.
¡Cuánta gracia, me entrego a ti, soy tuya, pájaro de fuego y ramos de laurel en mi enardecido pecho que se agita cual destellos de lirios de espuma .
Y tú… me acaricias, es el minuto esperado, la hora larga, la noche entera, entre suspiros entrecortados como sonoros espejuelos de plata.
Mis entrañas se agitan con tremenda fuerza y me entrego a tus manos suaves y sedosas envolviéndote con guirnaldas de flores y collares de música.
Y tú… me acaricias y en tus brazos poderosos, me estrecho y nos elevamos juntos a la divinidad misma por fuerza del Amor.
Nos vamos en las manos del viento, sin dejar huella, como flores sin dejar rastro y nuestro amor crece…crece, hasta llegar del crepúsculo al horizonte lejano.
Nuestras miradas se cruzan y nos llevan al infinito anheloso que buscábamos.
Y tú…me acaricias, con pámpanos de luz y yo como pájaro del canto voy feliz a tu boca sensual, suspirando entre cada beso cálido.
La alegría nos inunda y de nuestras diestras jamás se apartan y nuestras formas sobre la arena de la playa se extienden en un solo ser.
El aire salado, sensual, nos rodea y roza nuestra piel y somos felices, indolentes, sin dejar de besarnos y de amarnos entre redes de antiguos violines que nuestros cuerpos reclaman.
Y tú… me acaricias riente y libre con guirnaldas de piernas y brazos y nos abrazamos cantando por las aguas y arenas ociosas en la inmensidad verde y azul.
Y juntos retozamos desnudos en las aguas entre azucenas de blanca hermosura y vestiduras de música.
Y la luna entre los sauces se asomaba y acompañaba nuestra danza de amor también desnuda y casta.

No hay comentarios: