Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 15 de febrero de 2013

Te desvaneciste


Te desvaneciste, por no estar contigo en este hoy, en este ahora, crece en mí una hiedra pálida de dudas que ahogan mi pensamiento y detienen las horas de la espera inquieta y desazonada, la ramazón de hiedras que sacude el viento.
Si todo pensamiento me sabe a tu presencia, no puedo dejar de extrañarte y ya me es imposible disimular tu ausencia ya que de esta agonía nada puede consolarme.
Te desvaneciste, ¿a donde están la magia y la fantasía de tenerte conmigo?
Nada en esta tierra libera a mi alma de la inquietud que la aprisiona cuando me faltas, cuando no estás…
Te desvaneciste, debo dejarte de sentir, de extrañar, de pensarte en segundos tan sólo para que otros amores se muevan en mi pecho, para que sean un mar a mis sueños y a mi olvido.
No quiero sentir más el eco con tu nombre ni la agonía de tu ausencia, ni el manto tibio de tus manos, anhelo y necesito otra luz con mirada nueva que haga resurgir brioso, salvaje, victorioso, un nuevo amor que en mi pecho vibre y que un frescor enternecido bañe con mil caricias mi cuerpo que será un mármol tibio.
Te desvaneciste, eres ahora apenas un recuerdo lejano, un nuevo amanecer hizo que la tristeza se fuera al pasado del ayer que sólo oscurecía mis días, ahora comenzó una primavera ardiente y feliz en mi ser.
Después de tu ausencia en volandas sueño otras mañanas de colores, que me llevan a los fondos de mares y de glorias encontrando el amor verdadero, único.
Vibro, tiemblo como una mariposa de fuego y tormenta, corazón con alas con aleteos leves entre latidos temblorosos y de suaves cadencias en ansias verdes, azules, en ondas y curvas entre aromas de madreselvas.
Te desvaneciste, no existes más, naufragaste en un mar de inestable equilibrio, tu nombre quedó en el agua sumergido, ya no volverás más a mis pensamientos.
Ahora quiero vivir no en un vacío eterno sino en una creencia de estar juntos en el ahora mi nuevo amor y yo en un mundo nuestro.
Ya no más tu añorada presencia, ahora crece hacia dentro de mis dedos la suavidad de una nueva piel cálida y al llamado de sus ojos se alza de mi sangre la poeta y mis versos cantan y se reflejan en los cielos azules y horizontes lejanos.

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