Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 9 de marzo de 2013

Encuentro inesperado


Encuentro inesperado, fortuito, sin esperanzas de que el amor único fuera el que se acercaba, acechaba, con ímpetus de pasión y deseo.
Mi alma se sintió acongojada, mi mente colmada de pensamientos incoherentes y confusos.
¿Qué sucedió en mi vida que el amor, el sentido, se fue y aparece otro, no deseado, no esperado?
¿Por qué amor no esperado, llegas sin avisar, sin decir nada, como ladrón por la noche, con tan sólo ansias desesperadas de estar junto a mí con promesas de hacer feliz a quien no puede impedir que entres?
Encuentro inesperado, llegas arrasando con todos los sentimientos que están a tu lado para después irte y dejar vacío mi corazón, tristeza en mi vida, gris y sin ilusiones.
No quiero más que llegues a tocar ni un dedo de mi cuerpo, ni a respirar a mi lado, ni a sentir el palpitar de mi sangre corriendo por mi cuerpo.
Tú no eres ni serás la luz de mi oscuridad, a pesar de tu tenacidad y paciencia por serlo.
Encuentro inesperado, no deseado, te quiero lejos de mí, muy lejos, que las distancias se muevan como alas batientes, por detrás de mí, llevándote al horizonte de tu vida, sin mí.
Vete moviéndote con el viento en su susurrar, sosegado, a montes que su verdor, sangra en el río.
Encuentro inesperado, con el hombre que alguna vez formó parte de mi vida pero que un día cualquiera, como todos los amantes abandonaron el sentimiento, se dijeron adiós.
Él encontró su camino, yo encontré un nuevo sentido a mi manera de construir mi sendero.
No hubo propuesta ni un acuerdo, todo se entregó a la nada, a lo inconcluso, sin palabras, uno marcó una ruta, yo hablé con un suspiro.
¿Por qué regresaste a mi vida?
No quiero que ni roces mi cuerpo, ni me mires a los ojos, mi amor por ti se acabó, sólo dejaste un zumbido en mi alma, palabras sin prefijos, vocablos inentendibles, una dicción no percibida.
No regreses más, vete más allá de la lejanía, sin distancia, que desaparezca mi nombre recogido de tu boca que antes era el color en la música del viento.
Encuentro inesperado, con sabor insípido y roces furtivos como dagas en mi pecho.
Necesito salir corriendo, agitada, sudada en frío, huyendo de ti, el que me hizo sufrir, desgarrando mi corazón.
Voy hacia el camino a una libertad madura, con sabor a un amor de mariposas frescas, hacia la luz, a saborear la paz en espera del verdadero amor.

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