Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 13 de marzo de 2013

No me digas no


No me digas no.
(necesito sentirte a mi lado, desde allá muy lejos, la música mágica de los violines dibujan prodigios en el aire al sentirte llegar).
Quiéreme.
No me digas no.
(el tiempo es río que huye y perdida me siento al no estar entre tus brazos, desde que te fuiste mi alma está triste).
Quiéreme.
No me digas no.
(en claridades de luna y brizas de jardín elevo tu nombre por aires en vuelos y en oraciones dulces y melancólicas que antes no sabía brotan cada día de mi corazón enamorado palabras de amor).
Quiéreme.
No me digas no.
(en el fulgor de la alborada mis sueños susurran pensamientos invocándote siempre, quiero tenerte en mis mañanas como no te tuve en mis ayeres).
Quiéreme.
No me digas no.
(ven en mis noches de soledad, no me abandones, en silencio avanza pálido el dolor por no tenerte y ante él la esperanza deshoja una flor).
Quiéreme.
No me digas no.
(mis suspiros necesitan estar contigo, abrazada a ti, inmóvil, sólo mi profunda respiración moja el claro cristal de la quietud que nos une en un imperceptible chal de espuma).
Quiéreme.
No me digas no.
(mi alama clama por ti, ondea mi canto pleno de dulzuras y sueños y mis prosas, mis versos, parece que llegan de la azul inmensidad)
Quiéreme.
No me digas no.
(te busco y no logro hallarte, te siento en horizontes lejanos, pero te aguardo ya que presiento que el coro de las hadas del bosque te traerán a mí, porque ellas encuentran lo que nunca se logra hallar).
Quiéreme.
No me digas no.
(percibo la sombra de la ilusión y la sed de lo imposible como una braza llena de fiebres locas mi corazón atormentado y deseoso de gozo y placer).
Quiéreme.
No me digas no.
(riamos juntos en trémulos esplendores de amor, ven a mí y las liras de cristal sonoro tañarán las ondas de plata de las aguas quietas y volarán entre ritmos los aromas de dos almas que se aman).
Quiéreme.
No me digas no.
(tú eres y serás mi inspiración de mis poemas, de mis versos, de mis prosas, porque sólo tú llenas de armonías el viento y ardes como llama brillante en mi alma).
Quiéreme.
No me digas no.
Juntos viviremos amaneceres brillantes entre alegres cantares de frescas notas y en fantásticos pentagramas, plenos de dicha y luz crearemos nuestro nido entre un pasaje que canta y cantando nos cuenta sus misterios en un alado idioma sin palabras.

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