Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 18 de abril de 2013

Imprevisto


Imprevisto, es lo que me sucede inesperadamente, como sorpresa insólita, ¿Por qué?, ¿para qué?
 Es que el amor, el verdadero, el que creí único, se desmenuzó en mil papeles de cenizas en tan sólo cartas de amor que creí puras y sinceras.
Imprevisto, ineludible, el destino me cercó y me llevó a creer que él mi amado ausente, era el que me estaba esperando ansioso, anhelante de mí, desde esta lejanía cercana.
Imprevisto, en forma ineludible el muro cayó y la verdad cruel y despiadada rompió en cientos de espejuelos de plata mi corazón dulce y enamorado.
¿Por qué la aflicción, la pena, naufragó mi alma en un mar de lágrimas?
 ¿Para qué la ilusión con fulgores brillantes inundó mi horizonte con sonrisas y súbitos estremecimientos de amor, si se desvaneció en la nada?
El tiempo en instantes imprevistos se aletargó, en segundos dormidos apagando mi sed de amar.
Imprevisto, de pronto, el mundo giró y la red que nos envolvía en inolvidables momentos de eterno amor se deshizo en hilos desmenuzados en el tiempo.
Quiero recuperar esos instantes breves, intensos, efímeros pero verdaderos de sentimientos únicos de dos almas enamoradas.
Juntos, muy juntos, quizás, en un Hoy del mañana, nos abrazaremos, unidos por lazos indestructibles entre miradas arrulladas por cánticos melodiosos del amor que llegó y nos despertó del letargo en que estábamos sumidos y nos condujo a lo altos cielos unidos por siempre.
Imprevisto, lo esperado, ya en el ahora, quiero que seas mi sendero, mi ruta, mi guía, que no me olvides que existo en este existir raudo y leve, rodéame siempre con la luz de tu alma que yo continuaré amándote más allá del tiempo. 

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