Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 12 de abril de 2013

Melancólico silencio


Melancólico silencio, murmullos silenciosos que nos unen en un todo rodeados de silencios.
Amor, mi melancólico amor, frágil figura bajo las sombras nocturnas bañada de destello de luna bronceada y pálida piel fina.
Soy tuya en un melancólico silencio, necesito un leve suspiro tuyo, la esencia de tu alma, el consuelo eterno del alma.
Melancólico silencio, que inunda los rincones de mi corazón ¡Ven! ¡Apresúrate! ¡Te estoy esperando para compartir este silencio de dos! Inunda mi imaginación y deja que una furtiva lágrima mía roce tu piel dejando un leve rocío de este amor que existe en mí.
Iníciame en el viaje hacia ti en esta noche plena y fresca y así poder compartir este melancólico silencio a tu lado, sintiéndote mío.
 ¡Acércate amor!, despierta mi alma dormida que en susurros silenciosos te busca.
Melancólico silencio, puéblalo de ecos del viento, que colme mis inquietudes al recordar tu voz, la arena será la que acaricia tu piel imaginando que son mis manos, mi rostro lo verás reflejado en tu misma mirada al mirarme en las aguas claras de los lagos…al amanecer, al sentir que en ti estoy cobijada.
Melancólico silencio, que nos reservamos, isla habitada por dos almas que se aman.
Del naufragio tristísimo en el alba de aquel callar donde se abolían ruidos, gritos rotos, píos de aves, romper de alas, quedamos solos prendidos a los restos de nuestro silencio, tú y yo, los escapados por milagro.
¡Tardar! ¡Esperar!, nos dice el ser entero, nuestro anhelo es rechazar la luz, el ruido, el mundo y aquí en nuestra penumbra sosegada y segura defendernos inmóviles, nuestro derecho a estar juntos, unidos, tendidos y abrazados amándonos en silencio, en nuestro cielo claro y luminoso donde el ansia de soñar nos lleva al afán de vivir eternamente unidos.

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