Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 16 de julio de 2013

Nuestras miradas

            Nuestras miradas
fueron como un primer beso
de amantes incipientes.

¡Asombro!
¿Es obra humana tanto gozo?
¿Podrán nuestros labios
encontrarse alguna vez
y con apenas un roce,
sentir el placer,
el amor intenso,
la entrega toda de uno en otro?

Volarán al segundo beso
y al tercero
y hasta que los abrazos
nos inunden en un manto tibio de amor
envuelto tras gasas y tules
abrazados nuestros cuerpos desnudos
como uno solo.

Nuestras bocas férvidas se encontrarán siempre
no sé si en este mundo o en el otro.
¿Por qué si ya los hálitos se juntas,
los labios a posarse nunca llegan?
Tan al borde del beso
y no nos besamos nunca.

Obediente al ardor de un mediodía
muerdo la fruta nueva.
Mi boca anhela el más dulce jugo
y del anhelo no pasa.

Se le niega cuando el labio
presiente su dulzura,
tus labios serán de los míos
me hicieron sentir primavera,
pulpas de mayo,
azúcares de junio,
día a día sumados a la miel de tu boca,
consumación, feliz, lejana y distante.
Desde rutas sin fin,
último paso te presiento, amante,
pie en el aire
trayendo tu amor a donde tu amor espera.
No podemos concebir nunca
que de imposible se vuelve la pareja.

Flechas del alba cruzan
por los incorpóreos aires,
llevándote todo mi amor,
mi dulzura,
mi risa,
mis caricias,
mis pasiones.
No te voy a herir,
te voy a amar
con tanta intensidad
que la bóveda al cerrarse
abre más cielo.

Y en la hermosura basta de estos límites
siente el alma que nada la termina.

Somos imágenes que inclinan su rostro
sobre espejos que nunca se reflejan.

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