Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Imagen esfumada


Imagen esfumada
te percibo a través de tinieblas,
sé que me buscas
y no me puedes encontrar.

¿Es que acaso la vida
nos separó para siempre?
Y al estar tan sola, imaginando
tu imagen esfumada
mágicos alfabetos
aparecen en mis hojas sin tachas
entre monosílabos brillantes
que claman por ti,
-       Sol, luz, más, miel, ya, sí, no, voz, piel –
que siempre, de tanto en tanto
aparecen en mis poemas de amor.

Y aparecen frases de amor,
odas que como cláusulas marmóreas,
blancas, lentas,
llegan al papel.

Imagen esfumada,
intacta, pura,
que goza la virginal delicia
de haber sido vista
por ningún mirar,
sólo por mí.

Imagen esfumada,
no estás ya aquí.

Lo que intuyo de ti,
cuerpo, es sombra, engaño.

El alma tuya se fue
donde tú te irás mañana.

Tu ausencia es larga,
vaga, indecisa,
estás conmigo y lejos de mí,
dividiendo en dos
el zócalo del viento.

Imagen esfumada,
y ahí estás,
rezagando mi camino,
del cual bajan sombras de tristezas
por no tenerte siempre a mi lado.

En duras alamedas de cristales,
padece mi corazón
un miedo tibio
y pasa lentamente entre mis dedos
la luz difusa de tu mirada ausente.

Imagen esfumada,
no te vayas sin despedirte,
cada minuto que el reloj desgrana
mi pensamiento tanto más se afana
por descifrar tus enigmas y señales.

Ya te estás yendo
detrás de la espesa niebla del misterio,
quiero y necesito volver
a estar contigo
aunque me envuelvas
en una brisa engañosa,
aderezada con susurros
que saben a lanzas
pero aún a pesar de todo,

¡te quiero!

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