Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 15 de enero de 2015

Aromas de vergeles


Aromas de vergeles,
en prados florecidos
de multicolores flores
y de fragancias exquisitas,
allí quiero estar.

Ir en busca
del edén divino de belleza,
para no volver nada
o para volver
inhibida de fragancias
de alelíes, rosas, azahares,
azaleas, jazmines.

Tenderme en los jardines
y unida a las abejas
oír y aprender el dúo
que en la flor recién abierta,
el perfume y el color
misteriosamente elevan.

Pasar por rosaledas,
contigo abrazada
y que su aroma nos inunde
en una nube de esencia
como emanaciones de amor recién florecido.

Aromas de vergeles, de bosques umbríos
que beben luz de las estrellas,
dormitamos en el silencio blanco
de la luna llena
o como en potros de llamas
cabalgamos en los cometas.

Pensativa y calma
en el vergel sumergida,
surgen de mi corazón de poeta
los versos de amor para ti
que un rojo sol prisionero
encerrado, encuentra.
Quiero volar contigo
por todo el universo
y regresar con las flores inmortales
del pénsil de la belleza.

Aromas de vergeles
que hacen nacer el ideal del poeta,
el que está en el mundo interior
pleno de encanto.
Suelta la flor su perfume,
mas si una frase lo aspira,
se evapora o se consume
en las cuerdas del violín.

Efluvios de suspiros de amor
en un intangible ensueño,
donde lejana, la flor se esconde.
Aromas de vergeles,
donde la mujer poeta
escribe lo que es en su fantasía,
ave y flor, mirlo y lavanda,
pues viven sólo en la bruma
que en la ilusión se levanta
ese canto que perfuma
y ese perfume que canta.

Aromas de vergeles,
bálsamo de colores que nos inundan,
los verdes más verdes,
los tornasolados ocres,
los lacres de hojas marchitas
nos inundan de amor placentero,
pleno de paz y belleza.

Tendida en ese campo infinito
entre amapolas y margaritas
el aroma de la tierra húmeda
hiende mi alma necesitada
de tu intenso amor.

¿Bajo qué fronda te escondes?
Ven y tiéndete a mi lado,
el cielo nos acaricia,
el viento nos mece
y las hierbas frescas
nos acunan en su mullido lecho.

Aromas de vergeles,
en esta aurora placentera,
entre mil estupendos follajes,
temblorosos de primavera,
nuestro amor crece, se agiganta,
entre sones de música celestial
y canto de pájaros.

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