Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 19 de enero de 2015

Inocencia e ingenuidad taiwanesa


Inocencia e ingenuidad taiwanesa,
son ustedes 
todos mis amigos taiwaneses,
inocencia, 
ingenuidad, 
pureza total,
rodeados de un amor real,
que existe,
que sólo debo saber mirar 
y sentir.

Entre miradas soñadoras, 
profundas,
palpita el amor que todo lo da
y se conforma con poco,
que nunca me hará sentir sola
porque están firmes a mi lado.

Taiwaneses poetas, 
narradores,
de manos traslúcidas, 
pálidas 
y plenas de amor,
entregándose siempre 
a la curiosidad de la naturaleza,
de una flor de color intenso,
de una hoja amarillenta,
de una rama cortada al azar.

Son como ángeles 
cuyas alas cristalinas veo 
por estar plenas de amor,
que me tocan tímidamente,
con naturalidad,
y a veces, 
con un soplo de amor,
que no me dejará nunca.

Los amo 
y con el lenguaje 
con el que sólo nos entendemos 
que es el de las flores
 que son mensajes, 
que expresan nuestro sentimiento 
que de otro modo nunca podríamos hablar.

Los pensamientos 
se transmiten a través del cosmos, 
plenos de recuerdos 
y gestos simbólicos, 
una palmadita en un dedo, 
un abrazo fraterno 
con cordialidad y sinceridad.

Los querré siempre, 
calmarán mis penas, 
sentiré su fidelidad en la adversidad 
como un gran consuelo.

Inocencia e ingenuidad taiwanesa,
la nobleza los distingue,
su poesía es sentimental,
plena de gracia y dignidad
como música de pájaros.

Gracias 
por haberme dado 
tanta lealtad y amistad, 
me hicieron sentir muy feliz, 
con emociones de llantos y risas.

¡Que jamás nos olvidemos!
Que vuestro genio y candor 
no desaparezcan
y que vuestra pureza 
permanezca intacta 
entre risas y cantos.

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