Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 19 de agosto de 2015

Carta al amado ausente


Carta al amado ausente,
Amado ausente,
sin no encuentro fuegos ígneos
en mis versos.
Cuando nos encontremos de nuevo
seremos tú y yo
una sola llama ardiendo
de pasión en un manantial de ternura.

Escribo mis versos para ti,
amado ausente
cargados de pasión y de  sensualidad
que tu recuerdo me despiertan
Te envío desde esta lejanía
besos cargados de amor
para que me los devuelvas
con ternura y gozo.

Me siento luminosa y transparente
como un sol cuando pienso en ti, amado ausente
Soy tu querida musa distante
y mi poesía va hacia ti
con matices de amor que perdurarán con el tiempo.

Me siento una mujer creciente
porque tus palabras  sensuales y eróticos
llegan hasta mi hondo corazón
y me estremezco toda al recibir tanto amor.

Amado ausente,
aunque no haya habido un beso entre nosotros
tú y yo sabemos que nuestras almas
se fusionaron con esa fuerza estruendosa
que es el amor.

Pienso en el destello de tus ojos
que solo un ser apasionado como tú
es capaz de proyectar en una sola mirada.
Mis labios esperan tu beso de despedida
trémulos e inquietos
jugando a esconderme.
para que me encuentres.

Me dijiste anoche, después
de hacer el amor:
tú no eres solamente una mujer hermosa,
eres un paisaje para ser admirado.
Amor ausente ,te extraño hasta lo indecible,
te necesito a mi lado tan solo
para mirar tus pupilas incandescentes.
Añoro tus apasionados delirios,
el sabor a la miel de tus labios
y la paz serena de tu amor.

A veces con sabor a impertinencias
te adueñas de todo mi cuerpo
me estrujas, me haces temblar
y de pronto entre balbuceos de perdones
me acaricias con suavidad
cual si fueras vientos
de mariposas suaves sobre mi piel.

Carta al amado ausente
que no leerás nunca,
no llegará a tus manos ,
la guardaré en el arcón
de mis recuerdos más sublimes
y despacito,
alguna vez,
la leeré por ti.

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