Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 2 de agosto de 2015

El Color de los Sentimientos


Vivimos en la luz de los sentimientos,
en un arcoíris iridiscente
donde los colores nos inundan,
nos acunan,
nos arrullan,
nos hacen vibrar y amar
hasta lo indecible.

La pureza,
la inocencia en la albura del blanco
nos permite creer en la belleza interior,
la que se trasmite en la mirada
cálida y tierna.

Y viene despacio la esperanza,
en verdes delgadas bocas virginales,
nos trae paz y sosiego al alma,
nos inunda de música con sones de violines
y laúdes al viento,
quedando bien oculta
pero necesitada siempre.

Con insólita impaciencia,
con frenesíes y pasiones
el rojo nos atrapa en lujurias de amor,
es violento y tierno a la vez,
nos envuelve a veces en la noche,
otras en el amanecer de auroras,
nos atrapa, nos arrolla y sin darnos cuenta
no queremos dejarlo ir
y el corazón palpita
titánico en un espejo sin fin.

La niebla gris
nos lleva hacia dentro de sus huecos
y el gris de la melancolía
nos hace cerrar los ojos abiertos,
no vemos, si miramos no se aclara nada,
la tristeza se cuela
en cada resquicio de nuestro cuerpo,
con las manos la empujamos
para que nos deje ¿para qué?
Sin la voluntad es inútil,
no nos abandona.

Y de pronto todo se oscurece,
se hace la noche del submundo,
el negro tachona el cielo
y el amor muere lentamente.

Su agonía es dolorosa,
desolada y triste.
¿Por qué te mueres amor?
¿es por la búsqueda de otros cuerpos,
de otros ojos,
de otros lares donde morar?.
Y la luz nos inunda,
el sol con su prodigioso poder nos hace amarlo,
el amarillo le rinde pleitesía,
lo homenajea,
le rinde tributos,
girando y girando a su alrededor.

Amarillo, color de la vida,
eres todo para mí,
mi cuerpo te anhela
y no quiere dejarte escapar.

Y el azul nos rozó
nos tocó sin darnos cuenta
y nos trajo el amor
que sin querer nos da como gotas de felicidad
en espacios limitados del tiempo.

La pasión por la Vida,
vivirla a pleno,
cada Hoy, cada mañana,
cada instante en una anaranjada red de sentimientos
donde todos nos conducen a vivir a pleno.

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