Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 1 de mayo de 2016

Dime tú


Dime tú…

¿Cómo no quererte,
si te pienso todo el día?
¿Cómo no añorarte,
si te quiero junto a mí?
¿Cómo no buscarte,
si sin conocerte bien me haces falta?
¿Cómo no soñarte,
si te acaricio hasta en sueños?
¿Cómo no sentirme perdida,
si hay veces que me dejas en la nada?
¿Cómo no querer acariciarte,
si la brisa siempre lo hace?
¿Cómo no enamorarme,
dime cómo si he depositado mi fe en ti?

Fue tan poco el tiempo para amarte
que parece no hubiera sucedido.
Pero está aquí,
mi corazón herido,
sufriendo sólo al recordarte.

¡Qué triste,
cruel condena!
buscaré refugio en el olvido.

El olvido tarda,
lentamente,
pero llega y el corazón
parece conformarse,
en el fondo del alma una voz clama,
más no hay corazón donde abrigarse.

Dime tú que puedo hacer
si quiero quererte
y sólo puedo amarte,
quiero olvidarte pero vives en mi mente,
quiero no oírte pero gritas en mi corazón,
quiero alejarme pero estás en mí.

Dime tú cómo hago
para vivir si te necesito,
a ti,
como el día necesita la noche
para descansar.

Dime tú…
te escucho y suspiro
con todos mis sentidos,
¡te amo!
ven y
¡búscame ya!

Cuando estoy triste
pienso en ti
porque recuerdo
todos los momentos
que pasé contigo.

Cuando quiero que alguien me escuche,
pienso en ti
porque recuerdo
todo lo que me escuchaste decir.

Cuando quiero abrazar,
pienso porque recuerdo
todos nuestros abrazos.

Pero ahora que tú no estás conmigo
pienso mucho en ti,
sólo me pregunto algo:
dime tú,
¿qué piensas de mí?

El día menos pensado
te llevaré al cielo,
dormirás en una cometa,
bailarás en una nube
y cubriré todo tu cuerpo
con sonido de trompeta.

Una noche pensando en ti,
mis ojos se humedecieron
y entonces comprendí
lo mucho que te quiero.

El día menos pensado
te raptaré un instante
y te llevaré muy lejos
donde nadie te encuentre,
donde nadie te descubra,
donde nadie lo sepa.

Dime tú amor,
un día no sabrás como ni cuando
te besaré profundamente,
soñarás con ese día,
esperarás que en la mañana
te ame eternamente.

Tengo miedo de verte,
necesidad de verte,
esperanza de verte,
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte,
preocupación de hallarte,
certidumbre de hallarte,
pobres dudas de hallarte.

Tengo ganas de oírte,
alegrías de oírte
y temores de oírte.

Dime tú,
¿piensas en mí?

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