Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 12 de mayo de 2016

Quizás


Quizás

Quizás te conozca algún día, así, por sorpresa tú vendrás a mí, porque presiento que en tu pensamiento  mi figura tras lucida y difusa ocupa un lugar secreto y oculto.
Quizás, mi vida de un vuelco inesperado y el amor tan deseado me encuentre.
Encarnación final y jubilosa, nacer, por fin, en dos,
 en la unidad radiante de la vida, dos.
Y nuestro encuentro estará trémulo de dicha por habernos encontrado
y sentir que el amor ultimo y cierto, ese, que inútilmente esperaran las tumbas.
La blancura vacía se puebla de recuerdos, no teñidos.
Mejor no amarse, mirándose en espejos complacidos, deshaciendo esa gran unidad en juegos vanos, mejor no amarse con alas, por el aire, como las mariposas o las nubles flotantes.
Busca ese lugar recóndito donde yo te espero que él te arrastre a ese centro donde estoy.
Quizás suceda ese mágico encuentro tan deseado por mí, ya que mi querer por ti se hace más hondo y profundo.
La fuerza de querer tú es dejarme que te quiera.
El sí con el que te me rindes es el silencio.

“Caemos rendidos ante la belleza de las palabras,
que crean sonidos, imágenes, sensaciones,
colores y reflejos”


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