Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 13 de mayo de 2016

Tiempo de olvidar


Tiempo de olvidar,
ya sola con la verdad absoluta,
mi único amante ya por siempre no está,
se diluyó en la nada del horizonte.
Estoy labrando su sombra,
la tengo ya sin los labios rojos ardientes,
te los habría besado aún mucho más.
Sonrosada la piel disfraza levemente la diferencia,
absoluta, de que tú serás el ultimo amor de mi vida,
pero quizás no
y otros labios besarán con pasión los míos,
no lo sé.
No preguntarte me salva,
si llegase a preguntar antes de decir tú nada,
¡qué claro estaría todo, todo que acabado ya!

Tiempo de olvidar,
se me ha perdido un nombre.
Ayer nomás estuvo adherido a algún rostro,
a una silueta que transitó por mí.
El rostro lo rescato como no era,
pergaminos, silencio,
dos ojos sin mirada.
De la silueta apenas sobrevive,
una sombra gris, casi negra, alargada y sin final.
Se me ha perdido un nombre y el rostro,
ya la silueta, el olvido, los ha faltado,
el tiempo, sordina y esmeril.

Tiempo de olvidar,
el recuerdo es olvido.
De puntillas te fuiste, vete ya
y blindaré un gran muro y el
aquiescente portal,
echando férreo cerrojo que tú no osarás destrabar,
ni el Tempo que de los sueños suele la trama cortar.
Morir, vivir, equilibrio estremecido,
igual pesa en esta verde balanza que es la vida,
puro silencio, pausa entre recuerdo y el olvido,
fascinada tiene toda sin aliento a la mañana.
De miedo nadie se muere,
la inminencia de un peligro
muerte de una gota clara
crea entorno onda de calma. 

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