Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 12 de junio de 2016

Voces del alma


Voces del alma,
me llegan a hurtadillas,
escondidas entre vericuetos del corazón.

Vibran sincopadas, juntas,
son toda la luz del mundo 
aún en tardes sin sol.

Voces del alma,
nos unen, nos enriquecen
de gozos y placeres
hasta el infinito
filtradas en el tiempo
y en la distancia.

Voces del alma,
nuestros sueños
nos recuerda el viento.

Nos escuchamos
y cuando me llamas
al levantar el tono
rayos de tu voz,
cruzan mi corazón
y dan luz a mi vida.

Mi amor es ahora
con nuestras voces del silencio
como un torrente, como un río,
crecido en plena tempestad,
como un lirio
prendiendo raíces en el viento,
como una lluvia intensa
sin nubes y sin mar.

Si nuestro amor es de agua
¿por qué  nuestras voces del alma
se van a rumbos inmóviles
sin pretender que nadie las escuche
ni nadie las lea?

Voces del alma,
¡cómo anhelo la paz,
la hora sin ruido
cuando  nada perturba
nuestra existencia
en este silencio encantado,
misterioso, único,
que une dos almas
en un íntegro amor.

Y entre nosotros
surgen las canciones
por palabras,
poemas sin pulso ni vibración
entre trémulos ecos
por la faz de la Tierra.

Voces del alma,
¿Cómo haría yo
para salvarnos del tiempo
que nos lleva a separarnos?

No, quiero estar entre tus brazos
por siempre, en silencio,
mirándonos en nuestras pupilas
para que nos lleven a caminos libres
en nuestros rumbos
hasta el mar que nos cercan
y nos deja amarnos en silencio.
Las sombras
se han echado a dormir,
entre nuestro amor digno
sin constelaciones
que nos destierren del suelo
como dos pájaros cansados,
casi muertos.

¡Oh, la sed infinita
de estrecharnos y asirnos
en este silencio profundo y amado
donde mis versos son espacios
de espumas
que no temen perderte.

Voces del alma,
cúbrannos y rescátennos del llanto,
dennos tan sólo
recuerdos castos,
sin olvidos ni penas.

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