Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 3 de julio de 2016

Besos sin ruido


Besos sin ruido,
leves, suaves,
dulces,
se deslizan
desde el polvo de estrellas
hacia ti mi amado,
no se sienten llegar
pero cuando lo hace
n dejan en tus manos,
en tus brazos,
en tu boca,
un destello de amor puro,
pleno de deleite amoroso.

Besos sin ruido,
dan frescura y calma al alma,
recorro tu piel
en brevísimos segundos
de intensa felicidad
y tú te sientes mimoseado
y amado.

Besos sin ruido,
en las noches obscuras
con la luz de la luna
sobre nosotros invaden
nuestra intimidad colmándonos
de concéntricos gozos
en horas limpias,
cielo puro,
bosquejando por el aire
lo que empezaría a escribir para ti
y en el papel amanece una palabra.

Besos sin ruido,
cosquillosos,
anhelantes,
que dulcemente inundan
en mares de espuma
el corazón gozoso
de nuestro amor.


Destino nuestro dichoso
entre besos sin ruido
y sin alharacas,
aquí en nuestro silencioso latir
de dos almas juntas,
está latiendo el ansia de soñar
que no nos afanamos
en tardarnos en vivir.

Besos sin ruido,
son de noche aún más prolongadas
y ávidos y nuestros labios
cavan en la aurora
un espacio del gran besar nocturno.

Besos sin ruido,
sobre tu rostro feliz y tu frente serena
como un río que nunca acaba de pasar,
como un claro espejo
donde se reflejan tus ojos y los míos,
es como un amor que escapa y vuelve.

Besos sin ruido,
lo que nos queda palpita
en lo mismo que nos damos,
allí detrás de los besos,
de las miradas,
del gozo,
sin forma están
y seguros gozos,
besos y miradas.

El beso que se termina
otro se pide a sí mismo.
La vida nos la ganaremos
siempre entregándome,
entregándose.
La creación riela.
La dicha sosegada transcurre
como un placer
que nunca llega al colmo,
como esa rápida ascensión
del amor donde el viento eleva
hacia las nubes
desde nuestros besos
sin ruido de nuestros labios.

Besos sin ruido
que anuncian un te quiero,
no es porque te lo digo,
¡qué poco importa
a esa pura verdad
que es en su fondo quererte!,
me lo digo como un nacer desnudo,
el decirlo yo sola,
sin designio de que lo sepa nadie,
tú siquiera me lo dicen
el cielo y los papeles
ya no en blancos bordados de poemas,
en músicas casuales,
entre besos sin ruido.

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