Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 12 de agosto de 2016

Alma vagabunda


Alma vagabunda,
levantaste vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas nubes que te hacían danzar
entre silbidos de vientos suaves
como gemidos de un amor lejano.

Alma vagabunda,
perfumes, luces, formas y sonidos
desentrañados de su cautiverio,
azuzan y apaciguan los sentidos
en un riesgoso y repetido juego.

Detrás, la espesa niebla del misterio
y más allá un Dios mudo, sordo y ciego.

Alma vagabunda,
vagabunda que el aire hace
que hienda en pos
de las campanas,
averigua el río de los cristales,
la dulce redondez de la manzana,
la cruenta hostilidad de los cardales.

Alma vagabunda,
¿cuál es el motivo que no te deja detener
en ningún lugar?,
¿qué buscas?,
¿qué signos y enigmas
vas señalando como cada minuto el reloj
desgrana con sus pinzas prolijas y puntuales?

Mi entendimiento se afana
por descifrar esa búsqueda inútil
de recalar tu alma vagabunda.

Alma vagabunda,
en tiempo diferido,
en una odisea sin fin
no puedo dejar de pensar
por qué abandonaste la mansión de tu ser.

¿Fue por desconsuelo de amor?
Te dejaron sola e incomprendida
y emprendiste el vuelo eterno.

Alma vagabunda,
pura, virgen, desamparada,
te mueve sí el pensamiento
lo más sublime e inefable energía universal
creando palabras, poesías de amor,
volátiles e inacabadas
para que nadie las descubra,
son para ti, sólo para ti
amado amante.

Alma vagabunda,
no vueles tan alto
que no puedas apreciar
la hermosura de la senda
que te conducirá hacia él,
tu enamorado de siempre,
caminando en puntas de tiempo.

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