Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 16 de marzo de 2017

Destello Azul


Destello azul,
fulgor del alma,
nace de una fuerza extraña
de asustar al miedo,
un agua no pausada, sí cantada,
se allega por tus manos a mi pecho.
Los signos de tu voz que me reclaman,
despiertan mis ternuras y mis requiebros.

Destello azul,
 luz que centellea en mi pecho,
te siento y descubro
tu resplandor en mis pupilas,
subiendo a energizar nuestros deseos.
Pasa un color alzado de laureles
 desde tu mano ungida hasta mis dedos.

Destello azul,
 tus ojos que se abren en cielo infinitos
anegan de esperanza mis deseos
 mientras recorre un sol enamorado
 las largas avenidas de tu cuerpo.
Me enriqueces con tus estrellas
que me guían por caminos de esplendor,
difundiendo tu figura alta y enhiesta.

Destello azul,
trasiego la ternura de tus campos
por acequias de celo a mi esperanza,
 rocío amedrentado y puerta firma,
 prados de libertad, hondos silencios.
Te reflejas fiel con brillo propio,
dulce boca que me transporta
a las cumbres rojas del lucero
y a la inmensidad verde y azul
de las aguas mansas y tibias
que nos guían por sueños nuevos.

Destello azul,
que vislumbra la sonrisa del amor
 siempre sincero,
 en las tardes pausadas
donde las lluvias guían la barca de los cuentos.
Tú iluminas mi claridad,
el llamear de mis anhelos
y percibo el perfume de tu ágil cuerpo.

Destello azul,
esperan procelosas las auroras,
 las lumbres cenitales,
los crepúsculos,
todo ese mundo que se llama amor.
Crece libre en las ramas perfumadas
y en mi pecho
reflejan mi pulso y mi deseo.

Destello azul,
chispazos de colores
que me desnudan por dentro
 llevándome a la inmensidad
de un cosmos perfecto
donde tú y yo vivimos los días, las horas,
 en un hábitat escondido y sólo nuestro
donde los astros con su luz fosforescente
marcan el contorno de nuestros cuerpos.
Vivo en el milagro del querernos
que vigoriza con gracia,
con corazón de magia, la dicha nuestra.

Destello azul,
dame tu luz,
para seguir la travesía en la nave de mi sueño
y llevarnos por las aguas sin cadenas,
cara al viento
y que la coraza de la inseguridad y del miedo
 se rompa en mil cristales iridiscentes
y se tornen radiantes los encuentros entre besos.

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