Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 9 de mayo de 2018

Tal vez mejor soñar



Tal vez mejor soñar
que vivir entre húmedas neblinas
en las que ningún árbol,
ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que me entristece
y no ilumina débil
 la luz crepuscular y opaca.

Soñando voy por senderos luminosos,
 hadas y gnomos iluminan mi camino,
 floto en la brisa fresca y pura
del espacio de la nada,
ingrávida y suelta sin pesares ni dolores.

Tal vez mejor soñar y no vislumbrar
desde la invisible altura
 bajo la luz que, demacrada, brilla
 a través de la niebla del vivir
que es un velo todo impregnado en llanto.

Soñando soy como un ave que,
con su ímpetu de vuelo,
su canto lanza por campos en flor.
¡Qué bien se respira,
gozan mis anhelos,
canto en la lira
y en el alma que sueña,
vuelos vibran sin par,
en un fragante edén!

Tal vez mejor soñar
que vivir en la ardua lucha diaria,
de cada instante,
que nos desgasta,
nos produce sufrimientos y dolores
entre tan pocos instantes de amor y alegría
que como un millón de notas nos subyuga
y en un millón de arpegios nos eleva
a vivir la realidad cruel
a veces una y otra vez.

Tal vez mejor soñar
con todo un paisaje que canta
y nos conmueve con notas misteriosas
en fantásticos pentagramas
plenos de dicha y luz,
en un alado idioma sin palabras
que vivir instantes presurosos
de amores fugaces
o de recuerdos nuestros.

Tal vez mejor soñar
con el númen del estío
donde se vierten en llanos y bosques,
 campos de girasoles, alelíes, azucenas
que como arcos de violín,
resbalan hacia el río
entre el cordaje del juncal sonoro.

¡Ya no caben más notas en el viento,
en mi sueño azul y mágico!
Tal vez mejor soñar,
no sentir el dolor frío de la realidad
que golpea a veces nuestro corazón
 llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando melodías de lejanas orquestas
 nos invaden y nuestra alma feliz
clama ante la esperanza
deshojando flores entre dichas y placeres sin fin.

Tal vez mejor soñar
y no vivir fugazmente momentos breves
como gotas de rocío
a quien le da la aurora
 para vivir su hora morada
en una flor conociendo las espinas
 que defienden su fragante palacio de color.
Y así la vida pasa
pensando en tener un mañana
como no tuvo un ayer.

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