Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 26 de junio de 2018

Añoranzas de amor


Añoranzas de amor, recuerdos vividos entre amoríos bravíos y ansiosos
¡Qué sensación tan profunda arrancan estos de mis entrañas!
¡Qué gritos de amor desgarran de mis poros y mi sangre!
Para dar contigo en mis recuerdos, ¡Qué lejos habré de ir!
El amor es distancias, vaivenes sin parar
y en el medio del camino, nada.
Ni tu voz, ni tu silencio,
sin preguntas ni clamores.
En la superficie del silencio mis añoranzas de amor se quiebran
y como rayos , saetas, caen en un vacío profundo y oscuro.
¡Cuánto necesito a mi lado el amor que se quedó en el camino!
Como las piedras, las preguntas de ¿Cómo?¿Por qué?¿dónde?,
se pierden en el fondo de un abismo.
Me transforman en esta búsqueda inútil,
en una infecunda virgen alta, de cristal,
antigua, inmóvil y deja esa inútil búsqueda
de las añoranzas de amor, esas las deseadas,
con un ¡adiós!.
El viento, su destino, las sube al cielo puro,
ya no serán más inútiles búsquedas
como el final de la última hoja de otoño
que pasa lenta en el aire puro y diáfano.
Ya la luz de estío y otoño, la luz de goce y de tristeza, me inunda el alma
con penas y recuerdos.
Lejos deben quedarse, quietos los recuerdos y sin inútiles esperanzas,
debo esperar el amor, ese que está oculto esperándome
 que me aleje de mis añoranzas del pasado y pueda encontrarme
casta y pura para entregarme a él, el verdadero, el esperado,
el de las aguas de bondad sin fondo,
en un silencio liso sin derrota ni gloria
este nuevo y puro amor me liberó de mis tristes añoranzas
y solo quiere estar a mi lado aún desde lejanas distancias,
acallando desde su horizonte mis penas
con pasión, goce, fuego y viento, besos
y palabras con verdades dulces y tiernas

                               “Allá voy con mis delirios
                               a saborear la paz
                               serena de tu amor”

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