Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 10 de junio de 2018

Déjame…


Déjame vivir como yo quiero,
 libre, en volandas al viento, 
danzando entre arabescos de colores 
y sentimientos íntimos.
Quiero una vida plena 
de armonías de flotantes alas.

¡Ven conmigo a comulgar 
el Amor único y verdadero!
Déjame amarte en silencio,
entre suspiros entrecortados,
entre gemires de placer y gozo, 
entre ecos halagadores 
de la eterna música de la Tierra Prometida,
 ritmo sin fin de la sagrada unión 
de dos seres que se aman.

Déjame soñar 
con nuevos amaneceres juntos, 
frente al mar y al horizonte
 límpido y diáfano 
entre besos áridos por la sal 
que florecen desde los rincones del alma.

Los pesares del ayer 
y los fantasmas de la duda 
se han escondido, lejos, 
en el infinito ocaso 
porque nubes de calma 
dan fuerza a nuestro amor.

Déjame gozar plenamente 
y serenamente 
de una vida plácida a tu lado, 
no cercenada por pesares ni heridas, 
sólo, tan sólo, 
plena en un oasis de júbilos y alegrías 
como cascadas de aguas 
estruendosas y brillantes.

Déjame seguir mi manso camino 
perfumado con el gris de tus ojos 
que son aromo en flor.
Me siento como un azahar 
del naranjal en flor, 
purificada y virgen.
Tus labios son para mí una flor, 
su perfume es mi dicha, 
su presencia mi tenaz redención.

Déjame ser una flecha alada 
que dispara el arco piadoso de la vida, 
ser Cupido para ti 
con una espada 
en cuyo filo duerme el amor.
Déjame llorar con lágrimas de sal, 
brumosas, calmas 
que enciendan tu noche procaz 
con música blanca en plenilunio.

Ser como una madreselva, 
beso de plata con esmeraldas para ti.
Déjame encender velas de colores
 donde el viento sacuda
 la negra soledad ya ida
 e iluminar tu rostro, tu cuerpo 
que acariciaré 
como el pétalo de la sombra 
y sentir caer la lluvia 
donde los dos vivimos 
la eternidad del gozo y del placer.

Déjame prevenir el mañana 
donde no existan culpas 
ni se acepten dudas, 
donde no se enferme el silencio 
y el deseo se encienda
 sin saber, en tan solo un instante.
Déjame descansar junto a ti, 
amurallados en un resplandor
 estático de paz y quietud, sin pasos 
y sin alas, solos tú y yo, 
sobre el espacio blanco de los días 
huyendo de ruidos y sombras.

Déjame estar frente a ti, 
besar tu boca con mis manos 
sobre tu pecho, 
envuelta en la gracia divina 
de sentir tu calor, 
negándome a las telas, 
en nuestra desnudez total.

La dicha está segura ahí, 
a tu lado, eres el elegido, 
como el agua más clara, 
más perfecta, 
en la mínima esfera de la gota 
que no en infinitudes de océano.
Déjame ser yo, 
tu amante, 
totalmente tuya.

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