Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


viernes, 1 de junio de 2018

Desapareciste en la nada


Desapareciste en la nada,
la luz intermitente que tu corazón me daba,
se apagó de golpe.
Vuelvo a buscarte, donde,
sorpresivamente me besaste.
Cálida ternura,
suspiros envolventes,
presencia que embriaga,
en un amor latente.

Desapareciste en la nada,
y te busco…
Y no estas a mi lado,
un vuelco ajeno te borró de mi espacio.
Ven a mis brazos de nuevo,
usa mis ojos de espejos,
quiero arrancarte el alma pero no puedo,
te fuiste lejos y no entenderás nunca,
de que forma te sigo queriendo.

Desapareciste en la nada,
antes vivíamos por el aire,
el agua,
ligeros,
sin dolor,
vivíamos en alas del amor,
pero ahora en un día tan solo,
te alejaste como un gran peso,
de la vida sin mí
y sobre la eternidad blanda del tiempo,
contorno irrevocable, lo que hiciste
dejaste marcada la seña de tu ser en mí.
Esta carta es de dolor,
te busco y en la nada sólo hay sombras irrevocables.
Y ni allí estás.

Desapareciste en la nada
¡cuando te marchaste, que inútil fue buscarte,
por donde anduviste y seguirte desesperadamente!
El tiempo es rio que huye.
El destino se queda atrás y aún,
puede acontecer que cuando quiera proseguir,
perdido se halle en la sobras de un remoto ayer.
Al irte a la nada,
dejaste mi alma de tal suerte,
que ya no temo a la muerte, ni a la vida.
Mi amor por ti persistirá por siempre,
Hasta la eternidad,
que es el lugar que al fin hemos de habitar.
No nos puede sujetar lo que pronto sucederá.

Desapareciste en la nada,
en silencio avanza, pálido el dolor.
Ante él la esperanza deshoja una flor
Y la soledad es cada vez más triste.
Me iré por otros caminos,
a encontrar al amor que ni canse ni agite,
el que da dicha y alegría hasta el fin.

No hay comentarios: