Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 7 de septiembre de 2018

Acercando lejanías


Acercando lejanías cabalgo en vientos
de perfume y oro.
Consumí tus besos de miel y de mariposa.
Tus caricias me ataron
a la sombra de tu fuego
y en la sal de tus palabras
hechas de crines doradas e impetuosas
enredé mi alma para siempre
aunque mi cuerpo tuvo que partir.
Acercando lejanías,
siento el sayal de tus manos y tus brazos.
La niña de la piel de nácar
en su otoño de cristal
acaricia el silencio de tu ausencia,
porque desde otra,
su lejana ausencia,
siente las caricias desbocadas
que en galopes de metal y oro
llegan a su cuerpo nostalgioso y triste .
acercando lejanías,
con mi alma cargada de paz y amor,
me voy yendo a ese otro mundo,
donde no te volveré a encontrar.
Soy como el viento,
durante una tempestad que se aproxima,
tus evasivas palabras
a mi pecho apasionado y sufriente llegan
y deambulo perdida en la noche
sin ti a mi lado, te amo,
mi lejano ausente.

“Cuando el placer
me devoraba
un amor me engañó
y me dejó sola y vencida
y me transformé en un ser indiferente y solo”

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