Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 7 de octubre de 2018

Sabores y aromas del amor


Sabores y aromas del amor,
nuestro amor florece
entre la lila buganvilla,
la blanca,
 amarilla y roja
de la gracia que,
 pensativa,
 en el conjunto de pétalos,
lleva su aroma al viento
y la cala que tiene la forma
y el declive de una lágrima,
pronta a desprenderse
de unas grandes
pupilas invisible.

Nuestro gozo es intenso,
la luna empalidece
al contemplar la naturaleza
que nos ofrece,
en un estremecimiento contemplativo,
en una mullida alfombras de tréboles
y el manantial su espejo
donde nos mecemos suavemente.

Al morir el sol,
en el ocaso,
nuestros anhelos se desangran
en resplandores de sabores
y aromas del amor
entre alpinas rojas
y heliconias naranjas,
rojas y multifacéticas.

Néctares de amor,
sabores que inundan
nuestros poros
y llegan con deliciosa ternura
a nuestras almas anhelosas de amor
 entrelazándonos entre labios húmedos
de perfumes,
 entre carambolas suaves de sabor
y color diferente,
verdes y blancas.

Sabores del amor
que nos llevan a ser dos,
unidos por la acidez del maracuyá,
la dulzura de la melancia,
 lo agridulce del abacaxi
y la frescura de la Eugenia.
Sabores que inundan como ríos
nuestras venas
y nos llevan
 por senderos ondulantes,
transparentes,
a nuestro nido de amor.

Amantes de colores nuevos
y aromas de blancas bromelias,
rojas equisorias
que como una sola flor une sus pétalos
 en un gran resplandor rojizo
 y entre estos aromas
vivimos entre gozos y dichas,
 lejos del mundanal ruido
y ecos repetitivos
que nos permiten comunicarnos
hasta lo hondo del alma.

Silencios sin ecos,
entre perfumes envolventes
y sabores deleitantes
que  nos transportan
en tan sólo instantes
a sentirnos más unidos
en verdes hojas
del follaje del bosque,
moviéndose
 al compás del viento
que nos arrulla y acuna
en este paraíso único que vivimos.

El tierno mangostán
une nuestros labios
con gusto a manga y a cacao.
Sabores y aromas del amor
que como gotas minúsculas
invaden nuestro cuerpo
y nos hacen amarnos
con total intensidad.

Nuestra intimidad secretísima,
trémula de dicha
se rinde ante tanta belleza,
colorido,
hallazgo necesario
para que nuestros besos
vayan más lejos,
estrechados y plenos.

Lo dulce del gusto
y la vertiente de los olores
arriban a nuestra carne
transcorpórea del cuerpo
y ya quedan en nuestras almas
como campos florecidos
entre azahares
de frutos esperados.

Y el zumo vital
es el agua nuestra,
 que fría corre
desde nuestra boca
 por nuestra piel,
haciendo que el amor,
 renazca cada día
con nuevo y renovado
sabor y aroma.

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